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Noticias Nacionales - Enero 2011


24 de enero de 2011

La ciudad destruye sus zonas de alta recarga de agua

Agustín del Castillo

Invasión urbana impermeabiliza el área de alta infiltración de la metrópoli, enclavada al poniente y sur de la zona conurbada, reduciendo la capacidad de sus dos acuíferos, que hoy aportan 30% del líquido.

Guadalajara.- Las aguas subterráneas, uno de los recursos más valiosos de las ciudades, están en vías de deterioro y franca reducción en la zona conurbada de Guadalajara debido al desordenado avance urbano, que desde 1970 ha reducido en 60 por ciento el área de recarga natural en su principal acuífero, y lo que es peor, la mayor parte de ese daño se ha dado en la zona de alta infiltración, al poniente y sur citadinos.

El acuífero Atemajac-Tesistán, asiento original de Guadalajara, es el que registra los mayores problemas, ya que si la ciudad invadía allí en 1972 poco más de 152 kilómetros cuadrados, y dejaba disponibles 613.5 km2 para la infiltración natural, en 2000 el viraje había sido dramático: 389 km2 de invasión urbana y 377.2 km2 de espacio natural. Sin embargo, diez años después, la ciudad creció 18 mil hectáreas de las cuales corresponden a ese acuífero al menos la tercera parte, para ocupar hoy al menos 450 km2 de Atemajac-Tesistán y dejar un área natural de infiltración de 317 km2, aproximadamente, es decir 40 por ciento del total original.

Del total invadido, al menos 300 km2 son espacios de alta infiltración, ubicados básicamente en Zapopan. Las aguas subterráneas de la ciudad aportan poco más de 30 por ciento de la dotación que el SIAPA entrega a los habitantes citadinos.

El otro acuífero que registra fuerte expansión urbana, el de Toluquilla, tiene una alta tasa de crecimiento demográfico, pero por ser un proceso de ocupación reciente, no pone en peligro todavía la captación de agua, aunque ubicar asentamientos humanos sobre zonas de alta infiltración ocasiona estragos durante el temporal, como inundaciones, daños a la infraestructura e incluso pérdidas humanas. Corresponden al municipio de Tlajomulco las zonas de mayor infiltración que también se están invadiendo (ver gráfico contiguo).

Los datos provienen del organismo de cuenca Lerma-Santiago-Pacífico de la Comisión Nacional del Agua (CNA), con corte hasta 2000, y la actualización a 2010 se basa en el documento Notas sobre el crecimiento metropolitano, del urbanista Francisco Pérez Arellano. Grandes megaproyectos de los últimos años, como el estadio de Chivas y la Villa Panamericana, se ubican justo sobre la zona de alta recarga, pero ese elemento no ha sido un factor decisivo para negar las autorizaciones municipales de Zapopan ni las estatales de la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades).

Los detalles
“Aunque veas impermeabilizada toda la parte de la ciudad consolidada, sigue habiendo recarga por las fugas de la red de agua potable y del alcantarillado; todo eso sirve para alimentar al acuífero, el problema será cuando sea eficiente el sistema de agua potable y logre reducir las redes con fuga, entonces sí habrá problemas para el acuífero, porque de alguna manera con la permeabilización ahora se logra cierto equilibrio; y no se contamina porque en su mayor parte es agua de buena calidad, y porque va bajando y filtrándose con la tierra”, explica el jefe de proyecto de agua subterráneas del organismo de cuenca de la CNA, Martín Velasco Ornelas.

En total, “los pozos profundos del sistema de uso urbano de Atemajac y Toluquilla aportan 30.98 por ciento, que son 2.67 metros cúbicos por segundo, al abastecimiento de la ciudad, que es de 10.6 metros cúbicos”; hay además una aportación superior a un metro cúbico de manantiales, que también están ligados al sistema de aguas subterráneas.

Atemajac-Tesistán tiene, según la CNA, 739 km2, de los cuales, 450 km2 están urbanizados, pero en el área de infiltración natural se incluye la zona no urbanizada más los parques públicos y los espacios baldíos, que va de 45 a 80 km2 en el interior de la ciudad. Toluquilla se extiende sobre 632 km2, de los cuales, al menos 180 km2 están ya urbanizados.

Los dos acuíferos están vedados de nuevas autorizaciones desde 1951, con una ampliación de veda que data de 1976, lo que obliga a manejar el agua con las concesiones existentes desde ese año. Sin embargo, la dinámica urbana ha demostrado que ese cuidado es insuficiente, pues al impermeabilizarse territorio con pavimentos y casas, se profundiza el efecto negativo sobre las aguas freáticas aunque se mantenga el balance de las extracciones. De este modo, los acuíferos registran problemas de sobreexplotación y abatimiento de su nivel.

“Se pueden dar nuevas perforaciones, que se sigue haciendo por medio de la adquisición de derechos, es decir, los títulos que ya venían y están vigentes, sin modificarse el volumen de extracción”, apunta.

El abatimiento de nivel del agua subterránea en Atemajac-Tesistán ha sido estudiado. “Hay un estudio de 1996 y se hizo otro en 2003, y en ese lapso se bajó el nivel en poco más de dos metros, en promedio 31 centímetros por año, pero no en toda al zona; donde hay alta concentración de pozos, como es la batería de pozos del SIAPA, del lado de Tesistán, se detectó alto abatimiento, pero en la parte del Agua Azul no hay afectación”, añade el funcionario.

Los abatimientos en Toluquilla son considerablemente menores, ni siquiera medio centímetro por año, pero se trata de agua en general de menor calidad, por la presencia natural de arsénico y otros metales. El agua que se potabiliza en la zona a un costo de cuatro a seis tantos superior al del resto del líquido que proviene del subsuelo y va a las redes de abastecimiento.

—¿Si se controlan todos los procesos, podrá recuperarse el equilibrio?

—Sí, está controlado el tema de las extracciones, no es fácil que haya tomas clandestinas o robo de agua […] la cosa es que el acuífero no se puede recuperar a como estaba hace 50 años, lo puedes llegar a estabilizar, es decir, cuánta agua le extraes y cuánta agua le recargas, pero en un año no la vas a tener, te tardas de diez a quince años para recuperar lo de hace 50 años.

Claves
Acuíferos alterados

• 60% del acuífero Atemajac-Tesistán y 25% del acuífero de Toluquilla está invadido por la mancha urbana y fuertemente alterados en su capacidad de recarga al ser impermeabilizados por cemento y pavimento, lo que está reduciendo severamente su capacidad de infiltración

• La cuenca de Atemajac-Tesistán cubre 739 km2, con 1,220 extracciones de agua, de las cuales, 357 son industriales, 277 son de uso público-urbano (SIAPA y sistemas locales de agua) y 213 agrícolas. De 147 millones de m3 de recarga, y 127 millones de m3 concesionados, 84.3 millones de m3 van al sistema intermunicipal de agua de la ciudad

• La cuenca de Toluquilla cubre 632 km2, con 1,226 extracciones de agua de las cuales, 815 son de riego agrícola y 174 de sistemas de agua locales o del SIAPA

• Los dos decretos de veda para ambas cuencas datan del 3 de febrero de 1951 y el 7 de abril de 1976, fechas de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Zona de El Bajío. Las autoridades de Zapopan permiten urbanizar. Foto: Marco A. Vargas

Fuente:
Agustín del Castillo, 24 de enero de 2011, La ciudad destruye sus zonas de alta recarga de agua.
Milenio.com

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