Querétaro, 27 de enero.- Al confirmar que a finales de esta semana será conectado el Acueducto II a la red del Acuaférico que abastecerá a los tres municipios que conforman la zona metropolitana de Querétaro, Sergio Loustaunau Velarde negó que el agua que se traerá desde los manantiales de El Infiernillo esté contaminada, como aseguran opositores al proyecto.

El vocal ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (CEA) subrayó que el vital líquido que provendrá de El Infiernillo, localizado a 122 kilómetros de la capital del estado, está libre de cualquier contaminación que pudiera poner en riesgo la salud de los consumidores.

Esta afirmación se basa en las pruebas de laboratorio realizadas por la empresa Ecosistemas Industriales y por las investigaciones efectuadas por el Centro de Estudios Académicos sobre Contaminación Ambiental de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), así como por técnicos de la Subdirección de Fomento y Regulación Sanitaria de la Secretaría de Salud.

De esta manera, Loustaunau Velarde desmintió los insistentes comentarios de opositores a este proyecto, principalmente de ecologistas integrantes del denominado "Grupo de los Cinco".

Al inicio de esta semana, esas personas aseguraron tener pruebas de que los manantiales de El Infiernillo estaban siendo afectados por filtraciones provenientes de la presa Zimapán, cuyas aguas tienen un alto grado de contaminación por bacterias, virus, hongos y otra flora y fauna patógenas, además de metales pesados como cadmio, plomo, mercurio y cobre.

Al respecto y en representación de la empresa Ecosistemas Industriales, Lourdes Martínez Paulín explicó que se analizaron cerca de dos mil muestras del agua que fluye de los manantiales, encontrándose que ninguno de los indicadores está fuera de la especificación técnica de la NOM-127-SSA1-1994, que determina los parámetros en los cuales debe estar el vital líquido para el consumo humano.

Las muestras incluyeron el análisis de color, sólidos disueltos, turbiedad, cianuros, cloruros, nitratos, nitritos, fenoles y dureza total, entre otros.

La mayoría de ellos está muy por debajo de los límites, según el cuadro comparativo de resultados, entregado por la especialista.

En los mismos términos y con diversos estudios y pruebas, Gustavo Pedraza Aboites, maestro en ciencias de la UAQ, y Ricardo Rangel Figueroa, de la Secretaría de Salud, ratificaron su certidumbre de que es óptima la calidad del agua que traerá a la ciudad el Acueducto II.

"Ya tenemos el agua aquí en San José el Alto --comunidad localizada a cinco kilómetros del Centro Histórico de esta capital--, sólo estamos limpiando las tuberías del sistema de distribución y del Acuaférico.

"Esto es para que el agua del Acueducto II no salga con turbiedad por el polvo que tiene guardada la tubería, y estaremos conectándolo al Acuaférico a finales de semana", comentó Loustaunau Velarde.

Por otra parte, aclaró que fueron varios los convenios modificatorios que vinieron posponiendo la entrega de esta magna obra, cuya conclusión --anunciada por la administración panista anterior-- era para julio de 2009, mientras que el actual gobierno estableció con la empresa constructora que la entrega fuera el 27 de diciembre.

"El quinto de estos convenios que se hizo sobre el contrato y prestación de servicios establece que se debe entregar 75 por ciento del volumen pactado, con la calidad adecuada y con la certeza técnica de que todo el sistema estará funcionando como debe ser", detalló el funcionario estatal.

Considerada como la obra más importante realizada en Querétaro, desde la conclusión del Acueducto, construido en 1738, el Acueducto II fue iniciado en mayo de 2007 por la empresa Ingenieros Civiles Asociados.

Cuatro años después y a punto de ser entregada la obra, se informa por el propio vocal ejecutivo de la CEA que la inversión final requirió de dos mil 800 millones de pesos.

Cabe mencionar que las autoridades estatales aseguran que el Acueducto II garantizará el abasto y disponibilidad de agua potable para las próximas dos décadas para la capital del estado y la zona metropolitana, así como para el Semidesierto que cruza este sistema hidráulico.