Teherán.- La desecación del lago Urmía, en el noroeste iraní, cerca de la frontera con Turquía, puede causar graves problemas de salud a las poblaciones de Irán y países limítrofes, aseguró hoy la agencia local de noticias Mehr.

Según el diputado Abed Fatahi, médico y miembro de la Comisión de Salud del Parlamento iraní, "desafortunadamente, no se ha hecho nada para salvar el lago", de 5.200 kilómetros cuadrados y el tercero del mundopor su extensión de agua salada, catalogado como Parque Nacional en Irán.

En opinión del legislador, la evaporación del lago Urmía podría causar "tormentas de sal" (nubes bajas de partículas salinas que se desplazan con el viento) que podrían afectar la salud de las personas y ocasionar enfermedades pulmonares y cáncer ocular o facial.

Si el lago se seca, "los problemas no puede limitarse a los residentes de las provincias de Azerbaiyán", donde se encuentra la masa de agua, dijo Fatahi, pues la sal puede transformarse en pequeñas partículas que viajarían por el aire y que serían inhaladas por las personas.

Por ese motivo, pidió al Gobierno que adopte todas las medidas posibles para salvar el lago Urmía: "Si lo necesitamos, debemos utilizar a todos los expertos nacionales y extranjeros para salvarlo, porque creemos que pertenece a todos los iraníes".

Por su alto índice de salinidad, el lago Urmía no tiene peces, pero contiene gran cantidad del crustáceo denominado artemia, alimento para numerosas aves migratorias.

Según distintas fuentes, en los últimos años se calcula que el Lago Urmía ha perdido más de la mitad de su superficie y podría desaparecer, principalmente debido a la sequía, aunque otras fuentes aseguran que las 35 presas construidas aguas arriba del lago han contribuido a su actual situación.