Zacatecas.- Sara Yesica González, docente investigadora de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), indicó que si bien el agua se contamina de forma natural con algunos elementos como el arsénico, mercurio o flúor, debido a la estructura geológica de la entidad; los seres humanos también tenemos mucho que ver.

Explicó que debido a que no hay en Zacatecas ni un solo relleno sanitario funcional, los residuos se depositan a cielo abierto, así que la misma basura, por los escurrimientos que genera, va contaminando los mantos acuíferos.

Aunque señaló que no está demostrado en qué porcentaje se da esta contaminación, dijo que es un hecho el que esté ahí presente, por lo que en ocasiones al perforar un pozo, aunque cuente con el vital líquido, hay ocasiones en que éste no es apto para el consumo humano a causa de los componentes químicos que contiene.

Expuso que cada uno de los elementos antes mencionados causan diferentes daños a la salud. En el caso del flúor, se afectan los dientes y los huesos, mientras que el mercurio y el arsénico poseen agentes cancerígenos que además son bioacumulables en los diferentes órganos del cuerpo humano.

Yesica González, destacó que lo más preocupante es que agua con estos elementos es consumida en la mayoría de los municipios, es ahí -expresó la investigadora- cuando las autoridades deben revisar a través de los organismos operadores de agua potable, que el vital líquido se clore correctamente para evitar que los componentes que pudiera contener el agua dañen la salud de la población que la consume.

Explicó que existen dos tipos de aguas: las blancas que son para el consumo humano, y las aguas residuales, las cuales que deben ser tratadas; señaló que si bien hay varios cultivos irrigados con aguas de este tipo, no está comprobado que elementos como el flúor, el mercurio o el arsénico lleguen a dañar los cultivos, ya que –dijo- las plantas sólo toman lo que necesitan.

Finalmente, comentó que lo más importante es que la ciudadanía se concientice, en el sentido de que si se sabe, por ejemplo, que el aceite es un gran contaminante, no lo vierta en las coladeras, ya que con ello se genera un gran problema, sobre todo la contaminación de los mantos acuíferos.