José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua, culpó a las autoridades locales por el agua con mal olor que reciben algunas delegaciones del Distrito Federal.

Dijo que el líquido que envía el Cutzamala es puro, e incluso se puede tomar.

“Alguien declaró que es la única que tienen, a mí me da pena que un funcionario haga semejante declaración cuando saben que el Cutzamala representa el 28 por ciento del abastecimiento del agua en la ciudad”, expresó Luege Tamargo, quien culpó a las autoridades locales por la situación en torno al abastecimiento del vital líquido.

“El mal manejo del drenaje, el pésimo manejo de la basura, el no cumplimiento de acuerdos con el Bordo Poniente son los que están generando problemas de olores en la ciudad. Y que me disculpe quien quiera, pero el olor a la geosmina no es un olor desagradable”, fustigó.

Además, el titular de la Conagua lamentó las “torpes” declaraciones del secretario de Salud local, Armando Ahued, respecto a este problema.

“Es un secretario que hizo un declaración muy torpe, el agua de Cutzamala es el 28 por ciento; este secretario de Salud sabe que el 72 por ciento proviene de pozos profundos y del Sistema Lerma”, señaló.

En ese sentido, reiteró enérgicamente que la geosmina no afecta la salud de ninguna forma.

Por ello hizo un llamado a las autoridades locales, específicamente al GDF, para que no se distorsione la información.

No obstante, aclaró que aproximadamente en un mes podría subsanarse el problema de la presencia de geosmina en el agua.

Añadió que debido a la captación de agua pluvial, las presas del Cutzamala han recuperado niveles, lo que permitiría que la sustancia que ocasionó problemas se difumine.

En conferencia de prensa, aseveró que expertos del organismo y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) realizan cada ocho días análisis al líquido en la red del Sistema Cutzamala para detectar la presencia de la geosmina, mientras que el agua de la presa de potabilización de Berros se revisa diariamente.

Precisó que la concentración de geosmina en la presa de Valle de Bravo se puede considerar como alta, pues alcanza 25 microgramos por litro, no obstante, el agua que llega a los hogares capitalinos apenas llega a 0.2 microgramos por litro, por lo que no resulta nociva.

Luege Tamargo pidió a los gobiernos locales del Valle de México, principalmente al del DF, atender los problemas de drenaje, fugas en tuberías de agua potable y atender el cierre del Bordo Poniente.

Por su parte la Conagua, dijo, realiza el retiro físico del alga, inspecciones y clausuras a descargas fuera de norma, así como la restricción a la navegación turística en la presa Valle de Bravo.