El experto en suelos, hidrología aplicada y manejo del agua, Rodrigo Marín, aseguró que Colombia atraviesa por un difícil momento en materia de planificación del acceso al agua. “Debemos planificar el uso y el manejo del agua, lo que significa aplicar principios y métodos para su racionalización, de una manera integrada y participativa, a fin de lograr una producción óptima con el mínimo deterioro ambiental”, sostuvo.
Según el académico, en Colombia existe una oferta hídrica superficial de alrededor de 2.112 Km3 por año, que si se distribuye en un año hidrológico medio y se conecta a la población, significaría que cada colombiano obtendría 47.000 m3 por año, una cantidad considerable que “ha llevado al despilfarro del agua y a carecer de una disciplina en el manejo del recurso”.
Y es que Colombia es un país privilegiado en recursos hídricos, con precipitaciones abundantes, buen números de ríos con apreciables caudales, con un potencial de aguas subterráneas, “pero cuando uno va a la región y observa que las cosas no son coherentes con las cifras, lo que está faltando es un conocimiento de los recursos naturales que poseemos, hace falta gestión para el manejo de recursos, disciplina, cultura de la población para saber qué es lo que tiene”, puntualizó Marín.
Además explicó que la mayoría de los municipios del país se abastecen de pequeñas fuentes que no llegan a los 50 litros por segundo, a pesar de los inmensos recursos hídricos con que cuenta el país.
El potencial de aguas subterráneas (acumulada en tierra, arenas y rocas) es bien grande, ya que alrededor de cien municipios se abastecen de esta fuente para sus necesidades básicas y en el país alcanza los 158.000 km3/año, pero pese a ello, este recurso no ha sido explorado.
Rodrigo Marín insistió en que si la oferta de agua superficial es de 67.000 m3 por segundo, es preocupante que la mayoría de los municipios del país se abastezcan de fuentes que no llegan a los 50 litros por segundo. “Esto quiere decir que la demanda requiere planificarse porque involucra la necesidad básica de la población”, señaló.
Finalmente, explicó que en una proyección hacia los años 2015-2025, si se mantiene el actual ritmo de consumo, existirá una oferta hídrica permanentemente reducida.
