Tokio.- Un terremoto de magnitud de 7,3 en la escala de Richter sacudió la región japonesa de Fukushima, lo que motivó a las autoridades niponas a emitir una alerta de tsunami, informó la emisora televisiva NHK.
Alrededor de una hora después del sismo, una ola de sólo 30 centímetros llegó a las costas de Japón, por lo que las autoridades decidieron levantar la alerta de tsunami (olas gigantes). No hubo reportes de daños o víctimas, reseñó DPA.
Según la operadora nuclear de Fukushima, la Tokyo Electric Power (Tepco), no se produjeron daños adicionales en las ruinas de la central atómica de Fukushima, destruida por un terremoto y un tsunami el 11 de marzo de 2011.
"No se produjeron aumentos (de radiación) en los puestos de control de Fukushima Daiichi", indicó la cadena NHK, citando fuentes de Tepco.
En Estados Unidos, el Centro de Alerta de Tsunamis en el Pacífico descartó que el terremoto desatara un tsunami destructivo en el Pacífico que pudiese amenazar a Hawai.
El movimiento telúrico, que se produjo a las 2:10 am hora local del sábado tenía una magnitud de 6,8 de acuerdo con cálculos iniciales japoneses, que más tarde elevaron a 7,1, y de 7,3 según el servicio geológico de Estados Unidos (USGS).
El epicentro se ubicó frente a la costa este de Japón, a una distancia de 475 kilómetros de Tokio, y su hipocentro o foco a una profundidad de diez kilómetros.
En Tokio, el prolongado sismo hizo que varios edificios se tambalearan.
El terremoto del 11 de marzo de 2011, de magnitud 9,0, seguido por un tsunami, causó la mayor catástrofe nuclear desde la fundición de un reactor nuclear en Chernobyl, Ucrania, en abril de 1986.
El terremoto y el tsunami de 2011 causaron la muerte de casi 16.000 personas, mientras que otras 2.650 siguen desaparecidas. Asimismo, decenas de miles de personas tuvieron que abandonar la región de Fukushima, contaminada por radiactividad.
Tras el nuevo sismo, las autoridades exhortaron a los habitantes de varias poblaciones de la provincia de Iwate a ponerse a salvo, informó la agencia de noticias Kyodo. En esta región, fuertes lluvias han ablandado el suelo, por lo que los sismos podrían desatar deslizamientos de tierra.