Esta medida implica que esas reservas no puedan destinarse a abastecer nuevas viviendas ni a usos industriales. Eugenio Barrios, director del Programa de Agua del Fondo Mundial para la Naturaleza, expuso que el concepto de reservas contempla un volumen de agua que no puede ser concesionada a ningún otro uso.

Su objetivo es, en exclusiva, mantenerse en los propios ríos. Lo que se busca es garantizar una serie de servicios ambientales asociados con el flujo de líquido, que van desde la conectividad de zonas ecológicas hasta la propia conservación de humedales y hábitats.

Remarcó que el problema del agua no es de cantidad, sino de una gestión ineficiente, lo que ha ocasionado que la presión sobre el líquido sea cada vez mayor.

En México, por Ley, el agua es considerada un bien nacional administrado por el Estado. Para su extracción de fuentes superficiales, como ríos y lagos, y subterráneas se requiere una autorización o una concesión por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Pero, con este programa, el Gobierno federal prevé decretar en los próximos seis años 19 reservas en cuencas ubicadas en 11 estados, informó la propia Comisión.

Hasta ahora, sólo se tenía contemplado el empleo del agua para abastecer a la población o para uso agrícola.

En adelante, sin embargo, la administración del líquido también considerará su empleo para la conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales.

Felipe Arreguín, subdirector técnico de la Conagua, señaló que ningún usuario podrá disponer de este recurso para un fin distinto al ambiental.

Explicó que aún falta determinar cómo se llevará a cabo el mecanismo de vigilancia y preservación de las reservas.

"Lo que hicimos fue empezar a analizar cuáles eran aquellos lugares donde había esa agua para reservarla al medio ambiente.

"En el futuro, si llega un desarrollador de casas y quiere hacer miles de viviendas y ocupar esa agua, resulta que no va a poder usarla.

"Se le va a decir: 'No porque fíjate que esa agua ya está reservada para el medio ambiente'", indicó en entrevista.

Señaló que esta medida no sólo es pionera en México, sino en el mundo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, 66 por ciento de la superficie de las cuencas hidrográficas de México presentan deterioro de alto a extremo.