Distrito Federal— El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) lleva seis años contaminando el suelo y los mantos freáticos sin que, hasta hoy, esto haya sido remediado.

De acuerdo con diversos estudios, el subsuelo de la estación de combustibles de la terminal aérea registra altos niveles de contaminación con hidrocarburos.

Pese a ello, las labores de limpieza y remediación se han retrasado por años.

En las bases de una licitación lanzada en julio pasado, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) informa que, en 2009, realizó el último estudio del suelo y subsuelo de la estación mediante un muestreo en 190 puntos.

"En todas las muestras de suelo se determinaron: hidrocarburos fracción ligera, BTEX (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno), hidrocarburos fracción media, hidrocarburos aromáticos polinucleares y humedad", detalla.

"Con los resultados de los 190 puntos se identificó contaminación en concentraciones mayores a los límites máximos permisibles establecidos en la NOM-138-SEMARNAT/ SS-2003 para hidrocarburos fracción media".

Además de la caracterización, la licitación sólo preveía remediar uno de los tres polígonos en que se divide la Estación de Combustibles.

En la junta de aclaraciones del concurso participaron tres empresas. A fin de cuentas, Geología y Medio Ambiente S.A. fue la única que presentó una oferta, pero fue descalificada porque el capital de trabajo reportado en sus estados financieros era menor al gasto que ASA estimó sería necesario sólo para dos de los cuatro meses y medio que requerirían los trabajos en el AICM.

La licitación fue declarada desierta el 7 de agosto.

Eso se detectó en la zona sur de tanques, llenaderas y área de suministro de combustible.

Jesús Enrique Pablo Dorantes, perito en contaminación de suelo y agua subterránea del Colegio de Biólogos, advirtió que los hidrocarburos acumulados en el subsuelo son un riesgo no sólo para la terminal aérea, sino para las zonas aledañas.

"Es un problema serio en términos de que la mancha que pudieron haber identificado ya se haya movido. El nivel del agua subterránea en la zona del lago de Texcoco es muy somero.

"El hidrocarburo que se derrama en el suelo comienza a filtrarse y alcanza el agua subterránea, que lo que hace es desplazarlo en sentido horizontal", explicó en entrevista.

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el AICM registró al menos tres derrames importantes de hidrocarburos entre 2007 y 2012.

En una nota informativa en respuesta a una solicitud de información de REFORMA, la dependencia indicó que un derrame en 2007 se produjo en la Estación de Combustibles por el sobrellenado de un tanque de almacenamiento identificado como TU-3, que contaminó con turbosina un área de mil metros cuadrados, y otro en el área del tanque 3 y sus alrededores, que afectó una superficie de 7 mil 340 metros cuadrados.

Explicó que personal de la delegación de la Profepa en la Zona Metropolitana del Valle de México practicó 2 visitas de inspección en 2012 y en este año para supervisar el muestreo del suelo contaminado.

"Considerando que los resultados de los análisis a las muestras de suelo presentados por parte del AICM estaban por debajo de los límites máximos permisibles establecidos en la NOM-138-SEMARNAT/SS-2013, la delegación (...) emitió los acuerdos de cierre de los procedimientos administrativos correspondientes (en diciembre de 2012 y en junio de 2013", reportó.

Un nuevo incidente tuvo lugar en mayo de 2012, cuando se produjo un derrame de 30 mil litros de turbosina frente al taller de mantenimiento del AICM.

La Profepa practicó 4 visitas de inspección y ordenó medidas correctivas para la disposición final del material que fue utilizado para contener el derrame, así como de los lodos del drenaje pluvial que fueron contaminados con el hidrocarburo, las que, sostuvo la dependencia, fueron cumplidas por el AICM.

Arturo Rodríguez Abitia, subprocurador de Inspección Industrial, explicó que todas las empresas están obligadas a reportar lo antes posible derrames de hidrocarburos en sus instalaciones.

"En el momento en que ocurre una emergencia por contaminación de suelos debe ser notificada a la Profepa. Todas las empresas que contaminan deben reportar y si no lo hacen están en falta", remarcó en entrevista.

Lo primero que verifica la Profepa, señaló, es que la empresa responsable realice una caracterización del sitio para determinar cuáles son los contaminantes que hay, en qué cantidad y en qué concentraciones, para a partir de ello elaborar un programa de remediación del sitio.

Para llevar a cabo la remediación se debe contratar a una empresa autorizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).