Macuspana, Tabasco.- A pesar ser el río Puxcatán fuente de agua para 70 mil habitantes asentados en sus márgenes, entre los que se incluyen habitantes de la cabecera municipal, su cauce recibe aguas negras de las descargas domiciliarias al no existir una planta de tratamiento que dé tratamiento a las mismas, contaminación que se genera diariamente, y a ello se suman las descargas de agua de los drenajes pluviales.
De acuerdo a personas vinculadas al Movimiento Ecologista de la Sierra de Tabasco (Mestac) como Alfredo Cruz, Pedro Gómez López y Leticia Pérez Cornelio, el afluente recibe diariamente 100 millones de litros de agua contaminada. La preocupación ha crecido en últimas fechas tras observar que crecen los asentamientos tanto regulares como irregulares en la zona.
Tiran de todo
Por otra parte, las lluvias hacen que el drenaje de agua pluvial arrastre a su paso por la ciudad todo tipo de desechos contaminantes, los que -a decir de los ecologistas- "pasan de manera directa a la corriente del afluente y son transportados río abajo, afectando a seres humanos y animales que habitan en la ribera".
Entre los contaminantes que refieren los ambientalistas se encuentran desde venenos para roedores, pesticidas, petróleo, diesel y algunos tipo de aceite industrial, que son vertidos a la cañería sin ningún control y que ante la falta de la planta de tratamiento llegan crudos a la corriente del Puxcatán, poniendo en grave riesgo a los macuspanenses.
El afluente recorre 45 kilómetros desde su llegada al municipio procedente del estado de Chiapas, hasta la desembocadura con el río Tulijá.