México • La Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuenta con un proyecto emblemático para crear un museo que concientice sobre el problema de desabasto del líquido y su valor estratégico.
Para ello rehabilitará un inmueble catalogado como edificio artístico, ubicado en las calles de Balderas y Ayuntamiento, que se construyó e inauguró para las fiestas del centenario de la Independencia en 1910 por mandato del presidente Porfirio Díaz.
Desde 1923 pertenece a la Comisión Nacional de Irrigación, el antecedente de la Conagua, y actualmente es utilizado como Archivo Histórico y Biblioteca del Agua, donde se sistematiza toda la documentación sobre el tema.
Sin embargo, la falta de mantenimiento ha provocado un deterioro en su estado físico y en la operación, lo que exige rehabilitación y sustitución de mobiliario y equipo.
De acuerdo con el proyecto de inversión, el Museo Nacional del Agua difundirá información del estado de los cuerpos líquidos en el país y promoverá técnicas de extracción, alimentación y distribución, así como nuevas tecnologías para captar y devolver el agua al medio ambiente.
“Se buscará mostrar una visión de la situación actual, proponiendo alternativas para la solución de la carencia del agua presente y a futuro, asimismo se buscará propiciar que los visitantes al museo perciban y logren obtener una cultura del cuidado, riqueza y valor del agua”, señala el documento de Conagua.
El proyecto tiene un costo de 8 millones de pesos, que se destinarán a la adecuación y rehabilitación de las instalaciones, que ya son propiedad de la Comisión. El edificio se encargó en 1888 al arquitecto Carlos Herrera y en su primera etapa albergó al Instituto Médico Nacional.
“Las instalaciones actuales han tenido carencia de mantenimiento adecuado que ha provocado un mal estado físico y que una gran parte del equipamiento ha terminado con su vida útil; no se encuentra en condiciones de operación, requiere rehabilitación, adecuación o sustitución, especialmente en mobiliario y equipo”, refiere.
La primera parte del plan de inversión comprende un análisis sobre la factibilidad para optimizar el uso de la edificación y no buscar otro inmueble, ya que implicaría tener que realizar una nueva inversión.
Después se prevé evaluar la rehabilitación y adecuación, con lo cual también se podría eficientar el Archivo Histórico y la Biblioteca del Agua, así como establecer el Museo Nacional del Agua.
Una vez comprobada la factibilidad, en una tercera parte —que comprende de septiembre a diciembre de este año— iniciará la restauración para preservar su legado histórico-arquitectónico y adecuarse a las nuevas funciones, definiendo los catálogos de obra para licitarla.
Se desconoce el uso del conjunto arquitectónico y sus planos no están actualizados, por lo que no hay registros por posibles daños, deterioros o alteraciones que haya sufrido el edificio en más de un siglo de existencia, tanto de sus elementos históricos, como de acabados, herrería, yesería, entre otros.