El borrador del Programa Nacional Hídrico (PNH) 2013-2018 plantea una reforma integral del manejo del agua en México.

Incluye modificaciones al marco jurídico que lo regula, en las políticas de administración del recurso y cobros por su aprovechamiento, y en las estrategias de inversión en infraestructura.

El documento, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), advierte que la disponibilidad de líquido en el país se redujo de 18 mil metros cúbicos por habitante al año en 1950, a 4 mil en 2010.

De las 731 cuencas hidrológicas, agrega, 103 presentan problemas de disponibilidad, mientras que 101 de los 653 acuíferos se encuentran sobreexplotados.

“En materia de administración del agua existen aprovechamientos que carecen de título de concesión, la medición del agua extraída es baja e insuficiente, y existen zonas de libre alumbramiento donde no se tiene control de los aprovechamientos, además de un crecimiento de obras de forma desordenada”, señala.

El borrador reconoce que persiste el burocratismo y la discrecionalidad en la atención de trámites, así como el rezago en la elaboración de estudios de disponibilidad y clasificación de aguas nacionales.

La infraestructura existente, agrega, muestra signos de obsolescencia y registra altos costos de operación, mientras que crece la oposición a nuevas obras.

En tanto, alerta, “en el abastecimiento de agua potable persisten mermas importantes por pérdidas en las redes de distribución, que oscilan entre el 30 y el 50% del volumen suministrado, debido principalmente a: edad de las tuberías, falta de control de la presión y mala calidad de los materiales empleados”.

El País, subraya la Conagua, requiere de un equilibrio entre la oferta y la demanda de líquido, una mejor operación de la infraestructura para su almacenamiento y distribución, y mayor eficiencia en su uso.

Para lograrlo, plantea, son necesarias diversas reformas, las del marco jurídico, el sector público, la gestión de recursos humanos y el sistema financiero del agua, así como el de la planeación hídrica.

El borrador del PNH establece como primer objetivo fortalecer la gestión integrada y sustentable de los recursos hídricos, y como estrategias las de ordenar el aprovechamiento del líquido en cuencas y acuíferos; modernizar y ampliar la medición del ciclo hidrológico; mejorar la calidad del agua y afianzar la gobernanza del sector.

Entre las líneas de acción específicas incluye la de ajustar las concesiones a la oferta real de agua y a las prioridades nacionales.

“Se revisarán las concesiones y asignaciones otorgadas en función de los estudios actualizados de disponibilidad de agua, con la finalidad de reducir gradualmente la sobreconcesión”, detalla.

“De manera complementaria se requiere ajustar la superficie de los distritos y unidades de riego que se encuentren sobredimensionados o sobreconcesionados”, abunda.

Plantea además promover una Ley General de Aguas, una reforma integral de la Ley de Aguas Nacionales y modificaciones al esquema de cobros previsto en la Ley Federal de Derechos.

El borrador propone también revisar la estructura organizativa de la autoridad federal del agua y crear una Policía del Agua.

“Se creará una entidad autónoma de la autoridad del agua que vigile los daños, usos, abusos y deterioros a la cantidad y calidad del agua. Esta figura de Policía del Agua contará con instrumentos fuertes de inspección, vigilancia y sanción”, apunta.

Esperan alza en ciclones y sequías

México enfrenta un doble reto en materia de fenómenos hidrometeorológicos, ya que en los próximos años se intensificarán las lluvias y los ciclones en algunas regiones del país, así como las sequías prolongadas, alerta el borrador del Programa Nacional Hídrico (PNH) 2013-2018.

“(El país) está expuesto regularmente a eventos hidrometeorológicos severos, como huracanes, ciclones y precipitaciones intensas que, si bien incrementan la disponibilidad del agua, también provocan daños a la población, infraestructura, servicios y sistemas productivos”, señala.

Entre 1980 y 2010, detalla, las lluvias intensas afectaron a más de 8 millones de personas y causaron daños económicos superiores a los 214 mil millones de pesos.

En tanto, indica, diversos estudios coinciden en que de aquí a 2030 se intensificarán las variaciones de temperatura y precipitación en territorio mexicano, lo que traerá como consecuencia reducciones en la disponibilidad de agua superficial y subterránea.

“Los escenarios climáticos regionalizados de precipitación y temperatura indican que para finales de este siglo, comparativamente a lo ocurrido hace 100 años, los estados del noreste tienden a disminuir en un 30 por ciento la precipitación en la temporada invernal y los estados del sureste tendrán un decremento similar en el verano”, apunta.

“(Otros estudios) indican que el escurrimiento tenderá a disminuir hasta un 7% para el año 2030 en algunas regiones hidrológicas, bajo condiciones de cambio climático”.

Frente a esos escenarios, el borrador del PNH plantea como objetivo incrementar la seguridad de la población y áreas productivas ante inundaciones y sequías.