Alejandro Calvillo, director de "El Poder del Consumidor" comentó que el aplicar el impuesto a las bebidas azucaradas busca desalentar su consumo y obligar a que parte de los recursos que se recauden puedan ser destinados para que haya agua potable en las escuelas.
Indicó que se busca que exista un compromiso para que se destinen recursos a la introducción de bebederos de agua con sistemas de purificación en todos los planteles de educación y en espacios públicos.
Resaltó en entrevista con Denise Maerker, que en México no existe esa tradición de etiquetar los recursos y hay una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que dice que es constitucional hacerlo.
No obstante, agregó, la Secretaría de Hacienda nunca ha querido etiquetarlos porque existe un miedo de que si lo hacen una primera vez después haya presiones para que se siga haciendo y quieren tener libertad de destinar los recursos a lo que ellos consideren más importantes.
Consideró que aplicar impuestos a los refrescos es una recomendación de la OMS desde el 2014, como medida para enfrentar la obesidad y con la intención de desalentar su consumo.