"Debido al bloqueo y a los incesantes ataques, la ciudad se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria", aseguró hoy Serguéi Kravchenko, alcalde de la capital de la región homónima, en un comunicado de prensa emitido por el Ayuntamiento.
Las fuerzas ucranianas mantienen completamente sitiada la ciudad rebelde de Lugansk, donde ya no hay ni luz, ni agua, ni telefonía móvil informaron hoy las autoridades locales, según reprodujo la agencia EFE.
En la segunda plaza fuerte de los insurgentes prorrusos en importancia, luego de Donetsk, "no hay suministros, las reservas se han agotado y no hay luz, ni agua, ni comunicaciones, ni internet".
"Lugansk se encuentra completamente bloqueada y aislada. La situación empeora día a día pero hoy es, simple y llanamente, crítica", subrayó.
Además, "no hay ni gasolina, ni diésel, ni gas", no salen los trenes, y el corredor humanitario anunciado por los rebeldes no existe como tal, por lo que "abandonar la ciudad es prácticamente imposible".
"No hay cómo poner en marcha ambulancias, servicios comunales, equipos de emergencia, transporte público, los coches que reparten el pan y otros alimentos. Incluso aquellos que están dispuestos a arriesgar su vida y sentarse al volante, no pueden hacerlo porque no hay con qué cargar combustible", denunció.
Debido a la ausencia de suministro eléctrico, los productos alimenticios almacenados "se han estropeado" irremediablemente, y es casi imposible obtener agua embotellada.
"La variedad de productos se reduce diariamente. Las tiendas cierran y en muchos establecimientos se forman colas y se disparó la demanda de productos", recalcó.
Pero, a pesar de las dificultades, Kravchenko informó que "continúa la producción de pan y funciona la cooperativa de carne".
"La gente que se ha quedado vive como puede, cura a los enfermos y heridos, pero no tiene medios de subsistencia. Sin un céntimo se han quedado también los jubilados, que no puede adquirir los productos más básicos", advirtió.
Kravchenko consideró que lo que está sucediendo en Lugansk "es difícil llamarlo operación antiterrorista, ya que es una auténtica guerra que sesgó ya más de cien vidas entre la población civil... destruyó viviendas e infraestructuras sociales y civiles".
El alcalde considera que si ambos bandos acordaran un alto el fuego, se podría crear un corredor seguro y, en ese caso, "miles (de personas) intentarían abandonar la ciudad".
Según los expertos, en un intento de evitar más bajas entre sus filas, Kiev podría optar por una guerra de desgaste para derrotar a las milicias de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.