SAN FRANCISCO, California.-La sequía extrema por la que atraviesa California ha reducido embalses, ríos, arroyos y capas de hielo, mientras que los residentes utilizan los acuíferos subterráneos para regar todo, desde el jardín hasta los cultivos.
Los agricultores utilizan cerca del 80 por ciento del agua del estado, así que el gobernador Jerry Brown pidió a los residentes del estado ahorrar agua.
Pero California no está cumpliendo con la meta de Brown de reducir el uso del agua residencial en un 20 por ciento. Las más recientes cifras, muestran que los californianos solo han recortado el consumo de agua diario en un solo 6.7 por ciento durante octubre, comparado con el año pasado.
La reducción más importante que los 38 millones de habitantes en California han logrado fue en agosto, cuando el uso del agua bajó en un 11.6 por ciento.
Oficiales intentan descubrir por qué no se han acercado más a la meta impuesta y si se trata de falta de educación sobre la sequía por parte de la ciudadanía, la falta de aplicación de las guías sobre el uso del agua, las altas temperaturas registradas durante este año o alguna otra cosa.
Para miembros de la junta, uno de los problemas son los acomodados vecindarios del sur de California, en donde la lluvia escasea pero a los residentes les encanta los patios verdes, los campos de golf y las piscinas. Los californianos de la costa sur solo lograron reducir el consumo de agua en un 1.4 por ciento en octubre, las cifras más bajas de todo el estado.
Según oficiales, California necesita 150 por ciento de su porcentaje normal de lluvia para recuperarse de la sequía que ya va por su tercer año. Y aunque las recientes tormentas han beneficiado ciertas partes del estado, los embalses aún están entre un 39 y 60 por ciento de su nivel normal.
Las comunidades rurales y pobres del Valle Central están sufriendo el impacto más agudo de la sequía ya que cientos de depósitos se han secado, por lo que familias tienen que depender de agua transportada o recolectada. Algunos agricultores han tenido que gastar miles de dólares más para escavar pozos más profundos o comprar agua.