El lago Poopó, ubicado en el departamento de Oruro y el segundo mayor de Bolivia después del Titicaca, está desde hoy bajo el régimen de zona de desastre por la muerte de miles de peces y aves acuáticas.

La Asamblea Legislativa de esa región aprobó anoche la ley relativa a esa declaratoria y también a la emergencia en toda la demarcación.

Según la parlamentaria Vania Quispe, la medida implica que las instituciones correspondientes realicen las gestiones necesarias ante el Gobierno y organismos internacionales para canalizar recursos económicos y apoyo logístico para prevenir futuros desastres.

La normativa dispone la inmediata limpieza del lago Poopó para retirar una extensión de al menos 10 kilómetros de peces y aves muertas.

También instruye a las autoridades de medioambiente buscar mecanismos que permitan aumentar el nivel de agua y resembrar las especies de carichis y pejerrey, porque se extinguieron.

Los peces y las aves aparecieron muertas a orillas del Poopó este mes presumiblemente por un alza anormal de la temperatura ambiente por encima de los 30 grados centígrados.

Ese hecho afectará a más de mil 780 familias pesqueras de la comunidad orureña de Antavi con una baja en la producción en los próximos años, pues los alevines estaban en edad de procreación.

El Poopó es un lago de agua salada y, según estudios científicos, está en riesgo de desaparecer por los vertidos de desechos humanos y de la minería, el cambio climático y la reducción de las aguas procedentes de sus principales afluentes.

La sobresalinización de ese ecosistema por la sequía y el fenómeno del Niño también provocan la muerte de los animales que lo habitan.