Honduras.- Los siete principales ríos que bañan San Pedro Sula no solo sufren por la contaminación al no haber plantas de tratamiento para aguas negras y residuales, sino también por la agricultura en las cuencas donde nacen en El Merendón.

Héctor Rodolfo Bueso, director de la División Municipal de Ambiente (Dima), manifestó que las principales cuencas son El Zapotal, Armenta, Santa Ana, Río Piedras, La Primavera, El Corvano y Manchaguala.

El trabajo de Dima es proteger la zona de nacimiento de los ríos y por eso mantiene supervisiones y planifica programas masivos de reforestación, pero a lo largo de los afluentes no hay ningún proyecto de prevención para evitar la contaminación.

“Donde tenemos que proteger más es el nacimiento de los ríos, principalmente en las zonas vírgenes, las cuales son muy importantes y fundamentales para la producción de agua”.

Pese a las campañas de protección ambiental, las cuencas reciben descargas de heces fecales y desechos tóxicos de las industrias y los caseríos de al menos 35,000 familias que residen en los bordos, las cuales generan cantidades incalculables de desperdicios y bolsas plásticas.

Bajo los puentes de los ríos Blanco y Bermejo, del bulevar a Puerto Cortés, se observan desperdicios de todo tipo y algunas personas los utilizan como botaderos de basura, incluso teniendo servicio del tren de aseo.

La alcaldía, para cumplir el Plan de Arbitrios, informó que multará con 2,000 lempiras a quienes se encuentren botando basura, animales muertos y todo tipo de desechos en calles, parques, bulevares, riberas y cauces de ríos y quebradas.

Según el plan de 120 días de la administración de Armando Calidonio, uno de los puntos importantes es acelerar la construcción de las plantas de tratamiento, pero a la fecha se han negado a informar cómo va el proyecto.

Azolvamiento

El río de Piedras, que nace en la montaña de El Merendón, es el más azolvado. Cuando llueve fuertemente sobre San Pedro Sula arrastra tierra y árboles que afectan la zona baja y provoca inundaciones. En la parte alta del río, pobladores han descombrado para sembrar cebollas y maíz y cada día se pierde más terreno.

“No podemos prohibir a las personas que hagan sus cultivos porque viven de eso, pero sí estamos capacitándolas para que cambien las formas de plantación y que las quemas desaparezcan porque destruyen el suelo”, manifestó Bueso. La Fundación Merendón ha creado proyectos de siembra con cacao fino para proteger los bosques y que los campesinos tengan mayores ganancias.

El río Manchaguala ha sido dañado por los cultivos de café, frijol y maíz; sin embargo, las autoridades de Dima han controlado más de 40 fincas y sembrado más de 300 mil árboles. “Mientras no existan plantas de tratamiento para la ciudad, los ríos continuarán siendo contaminados”, agregó el funcionario.

Rolando Díaz, jefe de la Unidad de Cuencas Hidrográficas, dijo que El Merendón está dividido en dos zonas productoras de agua: San Pedro Sula y Cofradía. “En el sector de la ciudad, el trabajo agrícola es casi nulo, pero en Cofradía es donde tenemos los mayores problemas”.

Debido a que no existe un plan de mantenimiento de los ríos dentro de las ciudades, siempre existe riesgo de inundación en las partes bajas por el azolvamiento de las cuencas.

Las áreas expuestas a inundaciones son las bajas y planas del territorio, especialmente en la Rivera Hernández y Chamelecón.