Ellensburg. En un valle de regadío de Washington donde los peces, las cosechas y la gente suelen competir por el agua, los biólogos han acudido a uno de los mejores ingenieros de la naturaleza para ayudar a restaurar los arroyos y el hábitat del salmón.

Los terratenientes suelen atrapar o matar a los castores, que bloquean los canales de regadío e inundan casas en el valle de Yakima.

Pero un proyecto está reubicando a los problemáticos mamíferos a las fuentes del río Yakima, donde su talento para roer sauces y construir madrigueras puede dedicarse a un buen fin.

El director del proyecto, Mel Babik, dijo que los castores pueden ser muy destructivos, pero en el lugar adecuado pueden servir como buenos ingenieros de ecosistema.

En Washington, Oregón, Utah y otras partes del oeste de Estados Unidos, los castores se emplean cada vez más como herramientas efectivas y de bajo coste para ayudar a restaurar ríos. Los expertos dicen que sus diques y lagos añaden complejidad a un ecosistema, frenando el flujo del agua y sedimentos.