Santiago. Al finalizar las celebraciones de Fiestas Patrias este jueves y viernes entrantes, la posibilidad de un nuevo Código de Aguas adquirirá importancia en la agenda ciudadana, mientras que aumenta el reclamo de que el agua se transforme en un bien nacional de uso público.
Durante la primera semana de este mes, ya comenzó a sesionar la comisión especial de recursos hídricos del Senado, frente a la comprobación de un rápido avance del desierto de Atacama hacia el sur, que durante años se pensó que respondía solamente a un período de sequía.
El país vive una dualidad legal, dado que los códigos Civil y de Aguas consideran al recurso hídrico como un bien nacional de uso público; mientras que la Constitución heredada del régimen militar admite como propiedad privada ríos y napas subterráneas. Esta diferencia ha hecho que, en la práctica, diversos empresarios no sólo agrícolas sino también mineros, sean dueños de recursos nacionales, sin control alguno de parte del Estado.
La Presidenta Michelle Bachelet ya dio un paso fundamental al anunciar en su primer informe ante el Congreso Pleno, un proyecto que modificará el Código de Aguas, orientado a dotar al Estado de más instrumentos para controlar el uso del líquido. Actualmente se entrega estos derechos a privados en forma gratuita y a perpetuidad.