Tlalnelhuayocan, Veracruz.- Al menos unos 40 nacimientos de agua que brotan del ejido El Zacatal son contaminados por descargas de aguas negras que salen directamente de viviendas, denunció Roberto Acosta Herrera, dueño del terreno donde se ubican las fuentes naturales que desembocan en el río Sedeño.

Dijo que buscó el apoyo de autoridades anteriores, como el exalcalde Florentino Hernández Arellano, para frenar la contaminación y que en lugar de recibir ayuda se percató de cómo el exmunícipe permitió la construcción de más casas que fortalecieron la problemática.

A lo largo del manantial formado por los nacimientos se ven los escurrimientos de aguas contaminadas, incluso parte de una tubería al aire libre que arroja los desperdicios de algunas viviendas.

Acosta Herrera explicó que durante 2008 se planteó esta situación al ayuntamiento de Tlalnelhuayocan sin que se tratara el tema de manera responsable, lo que finalmente permitió a la administración que recién concluyó omitir el tema y dar luz verde para la construcción de más casas carentes de drenaje sanitario o al menos fosas sépticas.

Dijo que en su momento acudió a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) únicamente para escuchar que no lo podían ayudar porque aún no se registraba un daño mayor como el ecocidio. También acudió a la Agencia Quinta del Ministerio Público para denunciar a los responsables de la contaminación, pero del mismo modo fue ignorado.

Dijo que recientemente solicitó el apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), donde le garantizaron atender la problemática en los próximos días.

Advirtió que la contaminación va en aumento y que incluso los mismos vecinos que la han provocado afectaron dos pozos que almacenaban agua limpia de los nacimientos. El líquido era aprovechado por todos los habitantes de este lugar, pero ahora dejó de ser apto para consumo humano.

Las aguas del río Sedeño que atraviesan por El Zacatal aún se aprecian limpias y además de que aparentan ser aptas para el consumo humano favorecen al criadero de truchas, sin embargo, Roberto Acosta Herrera alertó que la contaminación de los manantiales comienza a dañar ese cuerpo de agua.

Sostuvo que la última vez que tuvo un acercamiento con las autoridades municipales fue hace un par de meses, cuando le advirtieron que nada podían hacer para poner un alto a la contaminación del afluente porque los habitantes cuentan con escrituras y permisos de construcción en orden, además de que han pagado puntualmente el predial.

Finalmente, exhortó a la Sedema y a las actuales autoridades de Tlalnelhuayocan no minimizar esta situación para evitar lo más pronto posible la pérdida del río Sedeño.