Alrededor de 70% del agua pluvial en México se desperdicia entre evaporación y la que se va al drenaje, debido a la falta de acciones que permitan su captación y reuso.

Anualmente México recibe mil 489 millones de metros cúbicos de agua en forma de precipitación, de la cual 50% se evapora y 20% se va al drenaje,  principalmente en las zonas urbanas, según cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Del total de las precipitaciones, 67% cae en los meses de junio a septiembre, es decir, en esta época; y sólo 21% escurre por ríos o arroyos y 5% se infiltra de manera natural para recargar los mantos acuíferos.

La zona donde más precipitaciones hay es en el sur, en entidades como Yucatán o Chiapas; mientras que  en Chihuahua, Coahuila, Durango y Nuevo León, llueve menos.

El mayor desperdicio de agua pluvial se da en la zonas urbanas, debido a que las condiciones impiden la reabsorción del líquido al subsuelo. Tan sólo en el Distrito Federal 20% del agua que cae en la temporada de lluvias se va al drenaje.

Daniel Salazar, presidente del Consejo Ciudadano para el Desarrollo Sustentable A. C., indicó que de captarse el agua de la temporada de lluvia podría almacenarse y ser utilizada por un mayor tiempo para actividades cotidianas como uso doméstico, lavar el automóvil o regar áreas verdes.

El Consejo Consultivo de Conagua destaca que el reuso de la lluvia permitiría reducir considerablemente el consumo de agua potable y con ello combatir el problema de desabasto en varias zonas.

Indica que, por ejemplo, en el Valle de México, la región con menos disponibilidad de agua, 70% del líquido que se consume en actividades domésticas o de trabajo proviene directamente de los acuíferos, cuando podrían ser cubiertas con agua de lluvia.

Administraciones anteriores han intentado impulsar la captación de lluvia, pero al ser acciones aisladas no han tenido un impacto real.

Actualmente la Conagua y el Gobierno federal trabajan en una iniciativa para crear la Ley General de Agua donde se incluya el reuso de la lluvia. Asimismo, el Gobierno del DF envió a los diputados locales una propuesta en la materia.

El objetivo de ambas iniciativas es que el tema de la captación pluvial forme parte de las políticas públicas en materia ambiental.  

En el DF, recordó Salazar, se ha avanzado en la captación de lluvia en edificios públicos y privados, pero no se ha avanzado en la creación de ollas captadoras de agua.

La guerra por la falta del vital líquido

Sinaí Guevara, especialista en gestión integral del agua en Greenpeace, señaló que en lugar de aprovechar la lluvia sobre todo en zonas con desabasto, las autoridades han optado por “pasar” el agua de un lugar a otro.

Ello ha generado diversos conflictos en Veracruz, Coahuila, Nuevo León e incluso en el DF, donde pobladores reclaman que el agua de su comunidad se quiera llevar a otra.
Tal es el caso de San Bartolo, en la delegación Álvaro Obregón, donde el conflicto por este tema dejó como saldo varios heridos

“Lo que se tiene que pensar es en la recuperación del agua de lluvia, en no talar los bosques para permitir la filtración natural de los mantos acuíferos. El problema es que pocas veces hay un vínculo entre los que hacen los planes y los que toman las decisiones”, manifestó Guevara.

Indicó que existen dos motivos que impiden un avance en el uso integral del agua en México. La primera es que entre menos consumo de agua haya, menos ingresos económicos se tendrían.

La segunda tiene que ver con el uso político que se hace del suministro de agua, pues al controlar el vital líquido también se controla lo que llega a cada comunidad.

Guevara adelantó que junto con más de 40 académicos en la materia y otras organizaciones ambientalistas impulsan una propuesta para que haya una reforma a la Ley General de Aguas.