La utilización del método de fractura hidráulica o fracking en México, el cual se utilizará principalmente en el norte del país, y en donde estados como Nuevo León tendrían que ceder tierras e incluso agua a cambio de beneficios económicos, fue aprobada por el Senado de la República en medio de la polémica causada por el retiro del subsidio a la energía eléctrica, que finalmente se rechazó.
Además, según la normativa federal, es decir las Ley de Hidrocarburos y Minería, que aún debe pasar por la Cámara Baja, en San Lázaro, las entidades no tendrán ningún tipo de decisión por sobre este método o el territorio en donde se llevará a cabo la extracción del gas shale.
Por otra parte el origen que tendrá el agua que será utilizada para este método y el destino que tendrá la misma (según datos de los especialistas solo el 60 por ciento de esa agua podrá ser tratada y el 40 por ciento quedará inservible) aún es un misterio, pues se definirá hasta agosto o septiembre, cuando el Senado de la República analice las leyes en materia ambiental.
Ahí los diputados y Senadores de la República estudian una serie de iniciativas entre las que se encuentra una, para permitir que el agua potable en México, es decir de las presas, se pueda utilizar en el método de fracturación hidráulica para la extracción del gas de lutitas.
La senadora Ivonne Álvarez descartó la utilización del agua de las presas de Nuevo León o incluso la proveniente del proyecto Monterrey VI para elfracking, pero dijo que será en agosto o septiembre cuando se defina a ciencia cierta la protección del agua para consumo humano.