Exigen ciudadanos de todos los sectores y estratos sociales no tolerar más engaños de Química Central de México (QCM), exigirle el saneamiento del suelo, de la tierra y del agua que ha contaminado, que lo pague de su bolsa, no de los ciudadanos a través del gobierno.
Fue esta la expresión lanzada durante la marcha de manifestación al daño y agresión que ha hecho QCM no sólo a San Francisco, sino a miles de ciudadanos, porque finalmente su contaminación llega en aguas por el Río Turbio hasta el Lago de Chapala.
“No al cáncer, no al cromo seis”, coreaban mientras los más de 100 asistentes a la marcha avanzaron por la calle Madero desde el Obelisco, frente a Bomberos, hasta la Zona Peatonal, donde aparte los esperaba otro grupo de personas.
Entre los participantes había empresarios, ciudadanos, amas de casa, familias, niños, ecologistas, funcionarios y ex funcionarios, la top model francorrinconés Fany Torres; el líder del Movimiento Ecologista, José Ma. Fonseca; los ex alcaldes constitucional e interino Jaime Verdín y Juan Carlos Sáinz; el regidor del PVEM, Omar Rodríguez; el director de Servicios Públicos, Octavio Aguirre; el director de Ecología, José Guadalupe Aguado Frausto; la suplente del diputado local, Gabriela Aguirre Ruteaga, entre otros más.
“Hoy apareció publicado que ya están retirando su torre de cromo contaminante, pero haciendo cuentas, y si están levantando 50 toneladas por día de cromo para llevarla a su confinamiento en Monterrey, y a cada tolva le caben 25 toneladas de material, se va tardar 16 años en cumplir nada más con retirar, ni siquiera para comenzar la remediación”, comentaron en distinto momento José Ma. Fonseca y Jaime Verdín, “lo que significa que se van a llevar más del sexenio actual y no se alcanzaría a ver el resultado”.
“Es absurdo que no se marquen tiempos o calendarización de cumplimiento de alcances”, señaló José Ma. Fonseca, quien adujo que hubieran esperado unas diez mil personas a la marcha, pero por diferentes causas no estuvieron todos.
Mientras Jaime Verdín llamó a crear una cadena humana a partir de ahora, donde todos concienticen y corran la voz entre todos, porque aunque en la marcha hayan sido pocos, “lo que importa es la calidad, no la cantidad”.