De acuerdo con un artículo del semanario The Economist, México está lejos de ser un productor atractivo de gas shale debido a factores que harán poco interesante la explotación de pozos, tal como la discusión legislativa sobre las leyes secundarias de la Reforma Energética.
El texto indica que el hecho de que sea poco atrayente la inversión en gas shale en México responde a que los derechos sobre la tierra son diferentes que en Estados Unidos.
La publicación señala que después de la legislación secundaria en materia energética, el Gobierno de México seguirá siendo dueño de los hidrocarburos, por lo que para las empresas energéticas, el modelo mexicano sólo será tan atractivo como el estadounidense si los impuestos y las regalías son bajos.
Por otra parte, el semanario comenta que en suelo nacional se han hallado alrededor de 25 pozos de gas shale, dos de ellos en Nuevo León, por lo que se buscaría que Monterrey se convierta en un centro energético de América del Norte.
Es necesario indicar que el supuesto auge energético que se pudiese registrar en Nuevo León por gas shale tendría que estar apoyado por las leyes secundarias respecto al uso de suelo, los derechos de la propiedad y el agua.