Recurso estratégico, finito y cada vez menos disponible

El agua es un recurso estratégico y esencial para la sobrevivencia humana; no obstante, el incremento poblacional ejerce una presión jamás vista y eso plantea grandes retos, expuso Elva Escobar Briones, directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), en el Día de Puertas Abiertas. De hecho, entre los 17 Objetivos del Milenio estipulados por la ONU, destaca la necesidad de garantizar su disponibilidad y gestión adecuada.

En ese marco, el Instituto albergó un programa de conferencias para que el público estudiantil ahonde en el tema. En estos encuentros, Marisa Mazari Hiriart, del Instituto de Ecología, recordó el origen del término sostenibilidad, mencionado por primera vez en 1987, en el Reporte Brundtland de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas, para designar las acciones orientadas a satisfacer las exigencias actuales sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras.

“Ésta se ha vuelto una disciplina emergente de investigación dedicada a las interacciones entre los sistemas naturales y sociales, con énfasis social, pues privilegia la equidad y la reducción de la pobreza como vías para conservar los soportes vitales de la Tierra”, subrayó.

Debe considerarse que la población se ha incrementado (siete mil millones de habitantes en el orbe y más de 124 millones en México), al igual que la demanda de este insumo finito y cada vez menos disponible. “Aunque todos lo requerimos, el acceso a éste no es equitativo; por ello debemos conservarlo, usarlo de manera consciente y velar por sus fuentes de abastecimiento, distribución, consumo, producción y, sobre todo, reutilización”.

El Distintivo Ambiental

Por su parte, Mireya Imaz Gispert, coordinadora del Programa Universitario de Medio Ambiente, planteó la necesidad de “garantizar el agua en suficiencia y calidad. En esta tarea es indispensable proteger los procesos hídricos y sus ciclos biogeoquímicos”.

Al respecto, señaló que esta casa de estudios promueve su uso y manejo bajo dos estrategias: la concesión del Distintivo Ambiental UNAM y la instrumentación de un programa para optimizar el desempeño en cuatro rubros: energía, agua, residuos y consumo responsable. “Hemos evaluado 72 entidades y tenemos la oportunidad de cambiar los viejos sistemas por opciones más eficientes”.

En la ponencia El Valor del Monitoreo Continuo de los Cuerpos Acuáticos para el Desarrollo Sustentable: el Caso de Valle de Bravo, Jorge Alberto Ramírez Zierold, becario doctoral de Ciencias del Mar, explicó que la eutrofización es el problema número uno de los cuerpos hídricos local y globalmente.

Este proceso consiste en el enriquecimiento anormal de nutrientes y materia orgánica, lo que propicia cambios estructurales en la trama trófica y detona la actividad microbiana. El caso de Valle de Bravo, también llamado “la perla central del Sistema Cutzamala”, preocupa por tratarse de un depósito hídrico de 395 millones de metros cúbicos y un punto de abastecimiento para la Ciudad de México.

Tras 14 años de monitoreo continuo del embalse –con la participación de investigadores y apoyo de los lugareños–, se han detectado problemas particulares. “Al principio de las observaciones se apreciaba una propagación notable del lirio acuático; hoy vemos fuertes florecimientos de cianobacterias”, concluyó.