Con un proyecto PAPIIT, José López García, investigador de Geografía, muestra que hay zonas recuperadas fuera de las regiones con protección
Con un nuevo método que detalla condiciones de las áreas naturales protegidas de la nación, un investigador de la UNAM intenta conocer la realidad de nuestros bosques.
“Es una interpretación visual basada en cartografía y en imágenes satelitales. Es muy pormenorizada y requiere mucho trabajo; es una forma sistemática de saber cómo estamos, pues sólo de esta forma podremos trazar políticas para el futuro”, señaló el biólogo José López García, investigador del Instituto de Geografía.
La medición del universitario y sus alumnos, quienes hacen sus tesis con este proyecto, tiene como objetivo conocer lo que hay, formar recursos humanos y generar artículos de investigación científica sobre el tema. En sus estudios hacen un comparativo entre 1994 y 2015, para evaluar el grado de deterioro en varias regiones del país.
Áreas naturales protegidas
Las áreas naturales protegidas (ANP) no garantizan una protección de los bosques, como lo muestra su proyecto PAPIIT. “En estas zonas queda mucho bosque fuera, muchas veces éste se está recuperando, pero tiene otro tipo de densidad y no es de la misma calidad”, abundó.
Delimitó tres categorías de bosque: cerrado (donde hay una dominancia del que está en buenas condiciones), abierto (muy expuesto al exterior) y deforestado (que tiene oportunidad de recuperarse).
Agregó que, en general, en la zona centro del país hay 52 por ciento de restablecimiento contra 47 por ciento de alteración, aunque todavía los daños son muy grandes.
“La recuperación contra la alteración significa que hay más conciencia para cuidar las zonas como la de la Reserva de la Mariposa Monarca (entre el Estado de México y Michoacán) y que los programas como el de Pagos por Servicios Ambientales han sido de utilidad.”
En algunos sitios se ha impulsado la revegetación, que es positiva porque significa el cambio de terrenos agrícolas a bosques; sin embargo, su recobramiento es lento.
En el Estado de México hay 36 por ciento de recuperación contra 28 por ciento de alteración del hábitat, pero Michoacán está más alterado que restablecido, igual que la Ciudad de México, donde la intervención humana y la contaminación ambiental son los principales factores de deterioro.
Su investigación reveló que, pese a lo que se pensaba, hay recuperación de bosques, pero es urgente mantenerla y estimularla con este tipo de estudios. “Necesitamos analizar más fotos antiguas, de la década de los 50 del siglo pasado hasta ahora, para conocer la dinámica de desarrollo forestal en el país, pues hay grandes diferencias que precisar”, concluyó e invitó a profundizar en los análisis dinámicos de los bosques.