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Noticias UNAM - Septiembre 2016


29 de septiembre de 2016

El Nevado de Toluca recupera ocho mil hectáreas de bosque

Laura Romero

Hay un mayor número de árboles en esa superficie, que representa 18 por ciento del total del área

En contraposición con lo que ocurre en el resto del país, en donde la cubierta forestal es cada vez menor, en el Parque Nevado de Toluca, Estado de México, hay una redensificación boscosa, es decir, se registra un mayor número de árboles en ocho mil hectáreas, lo que representa 18 por ciento del total de la zona.

En ese lugar, según un estudio realizado por integrantes del Instituto de Geografía, la frontera entre las áreas forestal y agrícola no se modificó de 1993 a 2015; en donde sí hay un cambio es en lo tupido del bosque. Esto es una buena noticia porque una zona bien conservada evita el incremento de la temperatura local, conserva el suelo y la biodiversidad, y aumenta la captación de agua en los mantos freáticos y el oxígeno, lo que beneficia a toda la cuenca del Valle de México.

Desarrollo universitario

Gabriela Gómez Rodríguez, del Laboratorio de Análisis Geoespacial de la entidad universitaria, explicó que el dato se obtuvo gracias a que la UNAM desarrolló un sistema de información geográfica del territorio mexiquense que permitiera un manejo forestal más adecuado, por encargo de Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque).

Dicha cartografía se efectuó con mucho mayor detalle que cualquier otro inventario forestal de la nación porque de forma tradicional se elaboran a escala de uno a 50 mil. “Nosotros lo hicimos a escala uno a 20 mil, es decir, con más del doble de detalle, lo que nos pone en la vanguardia”.

Agregó que para este estudio, que tomó cerca de un año, se emplearon imágenes de satélite SPOT, que proporcionó el gobierno mexicano, para delimitar las zonas boscosas y discriminar otro tipo de cubiertas, como las agrícolas y urbanas. El objetivo fue generar un mapa forestal a escala estatal, que se comparó con fotografías aéreas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 1993, para cuantificar con exactitud las diferencias.

Asimismo, hubo trabajo de campo para tomar video y fotografía con vehículos no tripulados, drones, elevados a alrededor de cien metros y también medidas dasonómicas (altura, ubicación y tipo de los árboles) de acuerdo con la altura del dosel arbóreo y la topografía, en áreas de 200 metros de diámetro. Eso facilitó, incluso, cuantificar los árboles e identificar especies.

El ejemplo más acabado del estudio en el Estado de México es el Nevado de Toluca. En la imagen de 2015 se identifican ocho mil hectáreas con tonos más oscuros, lo que significa que tienen una cubierta forestal mayor. “Si vemos el mapa de 1993, las mismas áreas no tenían esas tonalidades”. Un trabajo adecuado y continuo durante años, la sinergia entre gobierno y comunidades, permiten el progreso de los bosques.

Los resultados, precisó la experta, sirven para identificar zonas en donde es necesario atender problemas. En rojo se marcan las áreas por recuperar, las más dañadas, y en amarillo las que deben reforestarse. Así, Probosque hará esfuerzos más dirigidos, será más eficiente y atenderá las que verdaderamente lo requieren; “hará una reforestación científicamente dirigida”.

En otras regiones del país

La información obtenida por los universitarios, académicos y estudiantes, será integrada al sistema de información geográfica de Probosque, que contiene más datos, generados en otros inventarios, así como información temática del Inegi, y podrá ser utilizada para dar seguimiento al progreso forestal.

Se espera no sólo continuar la evaluación del área, sino además escalar estos estudios a otras regiones de México, en sitios prioritarios de conservación, como los bosques mesófilos, llamados de niebla, muy escasamente representados en nuestro territorio. “Sería deseable que esto fuera la punta de lanza que propicie una cartografía que lleve a una protección forestal más eficiente y activa”.

Nuestra visión a largo plazo es que otras regiones importantes del país acojan esta metodología y que se pueda hacer un seguimiento de dichos ecosistemas con ese nivel de detalle y con las nuevas tecnologías, finalizó Gabriela Gómez.

 


Una zona bien conservada evita el incremento de la temperatura local.



Fuente:
Laura Romero, 29 de septiembre de 2016, El Nevado de Toluca recupera ocho mil hectáreas de bosque. Gaceta UNAM.
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