Chetumal, Quintana Roo.- La investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luisa Falcón Álvarez, confirmó el daño a la laguna de Bacalar por la presencia de sustancias químicas y el vertimiento de desechos orgánicos, que han provocado el cambio de color en el cuerpo lagunar conocido como “Laguna de los siete colores” desde el 2015.

La Laguna de Bacalar en donde se asienta el décimo municipio de Quintana Roo, es conocida nacional y mundialmente por la variación de tonalidades azules de acuerdo a la profundidad que tiene, sin embargo desde hace varios años se ha venido advirtiendo del riesgo en el que se encuentra por la falta de un drenaje pluvial y también por las actividades agrícolas que se realizan a su alrededor, ya que por tratarse de una cuenca hidrológica, todo lo vertido llega hasta la laguna. 

La doctora Luisa Falcón, investigadora titular “A” del Laboratorio de Ecología Molecular y Epigenética de la UNAM, ha realizado una serie de videos que se han difundido mediante redes sociales, en la que hace patentes las problemáticas que enfrenta el cuerpo de agua que da vida al sur de Quintana Roo.

“El agua es sumamente clara, y es una maravilla porque se refleja la arena y en el área en donde hay cenotes, puede notarse un azul de más profundidad”, explica la especialista. Sin embargo, advierte que existen una serie de condiciones físicas que permiten estos colores en la laguna y que dichas circunstancias están cambiando. 

“Cuando empiezas a tener más nutrientes que vienen mucho de los campos de cultivo o hay cada vez más gente y no hay buen drenaje o sistema de saneamiento del agua residual, todo eso es comida para los organismos, y entonces el nitrato, el amonio, el fostato que pueden estar en el agua, permiten que algunas algas empiecen a reproducirse de más”, explica la especialista.

La investigadora, que se ha especializado en el estudio de la diversidad genética bacteriana para comprender la función de los ecosistemas, añade que estas algas de color verdoso están modificando la transparencia del agua, motivo por el que ha habido momentos, desde el 2015, en que la laguna ha comenzado a perder las tonalidades que le caracterizan.

Esto, añadió, es porque existe más producción primaria en el agua y mayor número de organismos fotosintéticos. 

“Ése es el problema de la contaminación; al meter más nutrientes al agua, relajas los filtros ambientales que son los que controlan la comunidad biológica que forma al ecosistema Laguna Bacalar, y entonces el control para evitar un deterioro de la Laguna tiene que ser desde cuáles son los nutrientes que están entrando”, añadió.

Estromatolitos en riesgo

En una entrega anterior, la misma académica refirió el riesgo en el que se encuentran los estromatolitos de la laguna, los cuales pese a su valor histórico y biológico se localizan en peligro de extinción por las mismas prácticas perjudiciales y la carencia de un programa que les proteja.

En el video difundido en Facebook, la especialista resalta que los estromatolitos son de las especies fósiles más antiguas que se encuentran en la tierra, y su edad se calcula entre tres mil 800 y tres mil 500 millones de años y son conformadas por diversos tipos de bacterias que crecen juntas para reunir una estructura. En el caso de Bacalar, se ha documentado que tienen hasta nueve mil años.

Si bien, resalta, existen diversos cuerpos de agua como en Australia en donde sobreviven arrecifes de estromatolitos bajo programas ecológicos de protección, Bahamas o África, Bacalar es uno de los sitios mundiales en donde se localiza el mayor número de estas comunidades microbianas debido a la claridad y temperatura del agua.

Advirtió sin embargo, que ante la falta de programas o medidas de protección a los estromatolitos o la propia Laguna de Bacalar, ello ha generado la muerte de éstos.

“Son una comunidad biológica que ha vivido desde que hay vida en el planeta y marca mucho de cómo es la vida en nuestro planeta (...) yo creo que deberían estar protegidos en México y todo el mundo”, expresó.

La investigadora del Instituto de Ecología dijo que la importancia de estos organismos radica en que atrapan carbono, generan minerales y además crean oxígeno, pero además son poseedores de rutas metabólicas que pueden ayudar y “dar claves”, sobre cómo mejorar la vida en el planeta.

“En términos evolutivos sería una desgracia, porque estaríamos perdiendo información genética y capacidades genéticas”, expresó.