La corrupción, entendida como el abuso del poder público para beneficio privado, es considerada como una causa central en la actual crisis del agua. Impacta en quién recibe qué cantidad y calidad, cuándo y de qué forma. Así, la corrupción en los servicios de agua potable tiene el potencial de hacer de este recurso algo inaccesible e incosteable, con efectos negativos desproporcionalmente amplios para las poblaciones más vulnerables.
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