Monterrey-. Los ríos de la metrópoli regia están en el desamparo, acechados constantemente por la contaminación, la basura y la presencia de empresas que, sin escrúpulos y sin medidas de prevención, arriesgan cada día la calidad de los mismos.
Nuestros afluentes sufren por descuido, así como por la falta de políticas para prevenir y evitar su contaminación, pues nadie los vigila ni procura que estén limpios.
Para muestra un botón, el pasado 22 de octubre, los ríos La Silla, Santa Catarina y San Juan fueron afectados por un derrame de hidrocarburo generado tras un incendio en una fábrica de Guadalupe el día antes.
Esto no ocurre solo por accidente, sino por la falta de personal especializado que se encargue de vigilar el cumplimiento de lo estipulado en la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental.
Para el abogado Mariano Núñez, hay empresas que no están cumpliendo con los requisitos que manda la ley.
"¿Por qué sucede esto? Porque no hay auditores ambientales, no (lo) están llevando a cabo ni Semarnat ni la Procuraduría y van a decir ´es que no tenemos recursos para hacer esas auditorías ambientales y necesitamos que lo denuncien para poder proceder´; me parece más estúpido, porque tiene que ser preventivo y no correctivo", señaló.
El responsable de vigilar que no contaminen los ríos son las delegaciones de Profepa y Semarnat, pero al no contar con suficientes inspectores para vigilar los cientos de kilómetros de ríos, la situación persiste.
Conagua es la responsable de todos los cuerpos de agua y la administración del vital líquido, pero no tiene entre sus atribuciones vigilar o castigar el que los ensucien.
En el arroyo El Obispo hay una enorme "torre" de llantas de vehículos abandonadas. Las bolsas de plásticos, rejas y hasta pedazos de muñecos y madera son también parte de su "decorativa" afectación.
"La realidad es que todos los ríos, al menos los que están en la ciudad, no está ninguno potable. Nos damos cuenta que hay tiraderos de escombros, basura, desechos orgánicos. Inclusive llegan pipas a verter drenaje a los ríos", comentó el biólogo de la UANL, Roberto Chavarria.
"Las autoridades deben (trabajar) en los márgenes, que no haya asentamientos irregulares, que no haya empresas que vayan a ser en determinado tiempo peligrosas" indicó.
"Los ríos urbanos están totalmente abandonado, llenos de tóxicos, llenos de metales pesados y parece ser que a nadie le interesa el tema" señala.
Esta realidad se puede constatar con el Atlas del Agua 2016 de la Conagua, que señala que de 4,999 sitios monitoreados en el país, solo 51.6% arroja calidad excelente en cuanto a la existencia de Sólidos Suspendidos Totales.