Gisela Alcócer de Oktar
Un informe de laboratorio confirma las denuncias efectuadas por la Contraloría General del Estado sobre los niveles de contaminación del río Rocha y advierte que los vegetales regados con agua de este afluente no son aptos para el consumo humano, debido a que pueden provocar enfermedades intra y extra intestinales que causan0 incluso la muerte de las personas, especialmente de los niños. A pesar de estar contaminados, esos alimentos se venden en los mercados de Sacaba y de Cercado e incluso en algunos supermercados.
El gerente Nacional de Operaciones Ambientales de la Contraloría, Roberto Pérez, ofreció una conferencia de prensa en junio pasado para explicar la gravedad del problema.
En la misma explicó que después de analizar las aguas del principal río cochabambino en los diferentes municipios por los que atraviesa, se descubrió que no existe ni un solo tramo sin contaminación y que las mismas ya no pueden emplearse en el riego de productos agrícolas, “tal como se ve en casi todas las áreas periurbanas de los municipios por los que atraviesa el río”.
Este informe de la Contraloría contiene al menos 44 recomendaciones a las autoridades de la Gobernación y de los diferentes municipios por los que atraviesa el río. En cumplimiento de los mismos, la Empresa Municipal de Agua (Emapa) de Sacaba dio a conocer a Los Tiempos los resultados de unos estudios, que mandaron realizar sobre alimentos regados con agua de este río en su jurisdicción, con el Laboratorio de Alimentos y Nutrición de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
En conclusión, este informe asegura que los tomates, lechugas, maíces y otros productos que se cultivan en las laderas de Sacaba y que con bombas o bolsones son regadas con aguas del Rocha, fueron sometidos al laboratorio, donde se constató que presentan al menos siete bacterias y parásitos diferentes que hacen que los mismos no sean aptos para el consumo humano.
Los técnicos encargados del estudio, a través de los informes identificados con los códigos 3562 y 3563, explicaron que “los parásitos observados provocan patologías intestinales y extraintestinales”, además que, entre otras cosas, se detectó la presencia de una bacteria denominada escherichia coli, que —según explicaron— “es un indicador de contaminación fecal reciente”.
Además hallaron otros bichos como tenia o solitaria, ascaris, uncinarias, fasciolas hepáticas, strongyloides, entamoebas y giaridas, identificadas como las más peligrosas para la salud humana.
Desde la Contraloría se aseguró que es necesario que las aguas del río Rocha pasen por un tratamiento de mejoramiento de su calidad, razón por la cual no pueden ser empleadas de manera directa en el riego de hortalizas o verduras, pues “corre serio riesgo la salud pública principalmente”, y advirtieron a los municipios en los que existe el riego de alimentos, que presenten un plan de acción para disminuir la contaminación.
El gerente de Emapa Sacaba, Óscar Zelada, informó que se tienen recursos para construir dos plantas de tratamiento de aguas servidas para limpiar el caudal del río Rocha, pero que todavía existe rechazo de algunos regantes de este municipio.
Provocan enfermedades
La escherichia coli encontrada en las verduras de Sacaba puede causar infecciones graves como infecciones del aparato excretor, cistitis, meningitis, peritonitis, mastitis, septicemia y neumonía, diarreas incluso hemorrágicas, entre otras patologías.
También descubrieron que los vegetales tenían huevos de taenia solium (tenia o solitaria), que provocan la enfermedad conocida como cisticercosis, además de lesiones oculares, disminución en la visión, ceguera, hinchazón y desprendimiento de la retina, lesiones en el corazón y afectación del sistema nervioso central.
Hallaron además huevos de ascaris lumbricoides, que en los pulmones produce un proceso inflamatorio con tos y fiebre, además de anemia, palidez, pérdida de peso, diarrea, malestar general y desnutrición; huevos y larvas de uncinarias, que provocan daños inflamatorios en la piel, mucosa intestinal y pulmón, además de efectos anticoagulantes y hemorragias crónicas; huevos de fasciola hepática, que pueden atrofiar el hígado o provocar un tipo de cirrosis.
También hallaron larvas de strongyloides stercolaris, que causan hemorragias en los pulmones y úlceras en la piel; quistes de entamoeba histolytuca, que provocan necrosis pulmonar y daños en el cerebro o la piel; y quistes de giardia lamblia, que causan diarreas acompañadas por cólicos y malestar general con dolor abdominal, náuseas, anorexia, flatulencia y pérdida de peso.