Bacterias fecales y, sobre todo, distintos virus en altas concentraciones fueron revelados como resultado de una investigación de Associated Press.
Las aguas donde se celebraran las competencias de natación y canotaje en los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica están llenas de residuos humanos, lo que representa un grave riesgo para la salud de los atletas, así como para los turistas que visitan las emblemáticas playas de Río de Janeiro.
Una investigación de la AP encontró altos niveles de virus y de bacterias provenientes de aguas residuales en las sedes acuáticas donde atletas competirán en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016.
Se trata de la primera investigación sobre la presencia de virus y bacterias en las sedes olímpicas, realizadas por la AP en cuatro tandas de análisis de agua realizados desde marzo. Los resultados alarmaron a expertos internacionales y generaron enorme desazón entre los competidores, algunos de los cuales ya han sufrido fiebres, vómitos y diarrea tras entrenarse en estas aguas.
Estas dolencias podrían golpear a un atleta por día, lo que podría acabar con los sueños de una medalla olímpica y años de duro entrenamiento.
"Es de lejos la calidad de agua más pobre que hemos visto a lo largo de nuestra carrera'', dijo Iván Bulaja, técnico del equipo austríaco que se preparó durante meses en la Bahía de Guanabara, donde se realizará su competencia. "Estoy seguro de que si nadas aquí y te entra agua por la boca o la nariz, tu cuerpo está recibiendo muchas cosas malas''.
La contaminación de las aguas es común en Brasil, y en particular en Río, donde la mayor parte de las aguas residuales no son tratadas y muchos desechos son canalizados por cunetas al aire libre y vertidos en ríos y arroyos que desembocan en las sedes olímpicas y que pueden arruinar las playas que son usadas en las postales de la ciudad.
Después de más dos décadas de promesas incumplidas de que se iba a limpiar las aguas, las autoridades aseguraron que uno de los legados de los juegos sería una rehabilitación de las vías acuáticas. Sin embargo, cualquier visitante se topa con un fuerte hedor apenas llega al aeropuerto de Río. Las famosas playas de Río están desiertas por el barro pútrido que acarrean las olas y en el lago olímpico Rodrigo de Freitas aparecen a menudo peces muertos.
Más de 10.000 atletas de 205 países participarán en los juegos del cinco al 21 de agosto del año que viene. Se calcula que unos 1.400 estarán en contacto con las aguas, bien sea navegando por la Marina da Gloria de la Bahía de Guanabara, o nadando en las playas de Copacabana o remando en las aguas saladas de lago Rodrigo de Freitas. A partir de esta semana, cientos de deportistas participarán en pruebas eliminatorias.
Las autoridades brasileñas insisten en que las aguas olímpicas son seguras, pero los análisis hechos por la AP a lo largo de cinco meses indicaron que ninguna de las sedes tiene agua en la que se pueda nadar o navegar a salvo, de acuerdo con expertos, quienes afirman que, a tan solo un año de la justa, es muy tarde para limpiarlas.