Más de 1,5 billones de personas viven en países afectados por conflictos, violencia o que se encuentran en situación de fragilidad
Alrededor de 168 millones de niños en todo el mundo están obligados a trabajar, de los cuales 85 millones realizan labores peligrosas y muchos de ellos viven en zonas afectadas por conflictos y catástrofes, según datos facilitados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra este lunes.
Este año, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil pone el foco en los efectos que provocan los conflictos y los desastres naturales en el trabajo infantil. En esta sentido, Naciones Unidas subraya que más de 1.500 millones de personas viven en países afectados por conflictos, la violencia o la inestabilidad, y cada año cerca de 200 millones son víctimas de catástrofes naturales, un tercio de las cuales son niños.
Según informa la ONU estas situaciones extremas tienen "un efecto devastador" en las vidas de esas personas. "Mueren, resultan mutiladas y heridas, se ven obligadas a abandonar sus hogares, se destruyen sus medios de subsistencia, se les aboca a la pobreza y el hambre, y se violan sus derechos humanos", indica. El organismo internacional también apunta que "los niños suelen ser las primeras víctimas" al destruirse las escuelas y los servicios básicos. Además, “los menores desplazados o refugiados en otros países son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil", recuerda la ONU.
Por su parte, el director general de la OIT, Guy Ryder, recuerda que en épocas de conflicto o catástrofe "con frecuencia se destruyen hogares, escuelas y medios de subsistencia y los sistemas de protección familiar y social se quiebran con facilidad, lo que entraña un aumento de los riesgos vinculados al trabajo infantil y al tráfico de personas". En este contexto, Ryder apunta que niños refugiados y migrantes son el colectivo más vulnerable en estas situaciones porque se han visto separados de sus familias. También los niños que se dedican a la minería están en una situación de riesgo porque recogen “desechos de metales y minerales en zonas devastadas por la guerra, retirando escombros o trabajando en las calles".
Algunos acaban ejerciendo de combatientes en guerras de adultos, siendo objeto de uso y abuso como espías, ayudantes y porteadores, y cayendo a menudo víctimas de explotación y abuso sexual. "No podemos dar la espalda a esta cruda realidad. Todos los niños tienen derecho a gozar de protección contra el trabajo infantil", aseveró el director general de la OIT.
Niñas empleadas en el servicio doméstico
Coincidiendo con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la ONG Plan International aseguró que cerca de 10 millones de menores en todo el mundo trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud, "ocultos" en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan ser controladas.
El 67% de esos trabajadores domésticos menores de edad son niñas. De hecho, las mujeres conforman el 60% de los 572 millones de trabajadores pobres en el mundo y son asistentas domésticas durante jornadas interminables, aisladas de la sociedad y sin posibilidad de asistir a la escuela, corriendo el riesgo de sufrir abusos físicos, psíquicos y sexuales.
Desde Plan International lamentan que el trabajo doméstico infantil no sólo es aceptado social y culturalmente en muchos países, sino que es percibido de manera positiva como un tipo de empleo no estigmatizado y preferido ante otras labores, en particular para las niñas.
Cambio climático y explotación laboral de menores
La Fundación Tierra de Hombres ha hecho público un informe que demuestra cómo los efectos del cambio climático fomentan la explotación laboral de los menores por las condiciones meteorológicas extremas, las sequías, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación o los desechos tóxicos.
El informe recalca que la alteración de los ecosistemas motivan las migraciones, sobre todo de las zonas rurales a las urbanas, ya que dependen en su mayoría de la agricultura y la escasez de tierras fértiles, agua o leña como combustibles imposibilitan su desarrollo. Así, los hogares más pobres se ven obligados a sacar a sus hijos de la escuela para que trabajen y conseguir nuevas fuentes de ingresos. Esto provoca que los menores dejen la escuela y se expongan a laexplotación infantil así como a situaciones de riesgo debido a la inhalación de substancias tóxicas o condiciones de trabajo intolerables.