La ciudad prohibió la pintura a base de plomo en 1960, 18 años antes de que se prohibiese a nivel nacional. Una ley de vivienda de 2004 se propuso “eliminar” las intoxicaciones por plomo infantiles en un plazo de seis años.

Nueva York también ofrece pruebas gratuitas para detectar plomo en las viviendas y está comprometida con remediar este riesgo, pasando la factura a los arrendadores si es necesario, con las tasas de exposición infantil al metal bajando año tras año.

Aún así, los inspectores no visitaron el piso de Brooklyn donde Barbara Ellis vivió hasta que sus gemelas dieron positivo en los análisis de plomo durante tres años consecutivos, según cuenta ella misma, y donde encontraron pintura con plomo desconchada en puertas y ventanas.

Las niñas necesitaron logopedia y terapia ocupacional por los retrasos en su desarrollo, algo común entre niños que han sufrido una exposición al plomo a largo plazo.

“Siguen teniendo dificultades para hablar”, dijo Ellis, cobradora de metro, sobre sus hijas Kaitlyn y Chasity, que actualmente tienen seis años. Cansadas de pelear con su casero, se mudaron a Harlem.

Este drama familiar no es poco común en Nueva York.

La mayor y más rica ciudad de Estados Unidos sigue teniendo áreas con alto riesgo de exposición al plomo, según una exploración de Reuters a partir de análisis de sangre.

En el primer examen de este tipo, los periodistas obtuvieron análisis de sangre de niños de Nueva York según datos del censo por distrito -áreas vecinales de unos 4.000 residentes cada una. En zonas densamente pobladas de Nueva York, una de estas áreas normalmente comprende varias manzanas.

Aunque la intoxicación por plomo ha sido borrada de muchos vecindarios, Reuters identificó 69 áreas de Nueva York donde al menos un 10 por ciento de los niños pequeños examinados durante un periodo de 11 años, de 2005 a 2015, habían aumentado sus niveles de plomo.

Esas cifras duplican las de Flint, en Michigan, durante el pico más alto de una conocida crisis por contaminación de agua en 2014 y 2015. Entonces, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades encontró que las pruebas de un 5 por ciento de los niños dieron resultados altos en plomo.

Las áreas de riesgo abarcaron vecindarios y grupos demográficos de Nueva York. La pintura desconchada es una amenaza visible, pero los periodistas buscaron otros rastros que se esconden a la vista, desde la contaminación del subsuelo y el agua a juguetes, cosméticos y suplementos alimenticios peligrosos.

En 2015, se encontró un alto nivel en plomo en la sangre de 5.400 niños, 5 microgramos por decilitro o más, según mostró el informe anual más reciente sobre la intoxicación por plomo de Nueva York. Más de 800 registraron niveles al menos el doble de altos.

En un comunicado, la portavoz del Ayuntamiento Olivia Lapeyrolerie dijo que las comparaciones entre Nueva York y Flint son “alarmistas e inexactas”, dado el fuerte descenso de casos en la ciudad y los esfuerzos para su prevención.

Nueva York es solo una de los cientos de comunidades norteamericanas que hacen frente a este tipo de intoxicaciones. En una investigación de dos años, Reuters ha documentado 3.810 áreas del censo o códigos postales en 34 estados donde la alta presencia del plomo en los análisis de sangre de niños han duplicado los encontrados en Flint.

No hay un nivel seguro de presencia de plomo en la sangre de un niño. La exposición a este metal está relacionada con daños cerebrales, menor coeficiente intelectual, desórdenes de comportamiento e impactos en la salud de por vida.