Agricultores rechazan que Guillermo Padrés desvíe agua de la presa El Novillo a Hermosillo; “quiere llenarse los bolsillos de dinero”

Alejandro Cedillo en Sonora
Lunes 12 de Julio, 2010 | Hora de creación: 00:43| Ultima modificación: 02:15

Entender el problema es simple”, coinciden agricultores del Valle del Yaqui, en Ciudad Obregón, Sonora. El gobernador Guillermo Padrés se quiere llevar nuestra agua a Hermosillo para llenarse los bolsillos de dinero, aseguran.

Recargado en la llanta de un tractor, en plena manifestación en contra del acueducto Novillo-Hermosillo, Baltasar Peralta dice a Crónica que el gobernador “está terco en construir un acueducto que a largo plazo será inservible”.

“No cede. Le hemos dado otras opciones: la desalinizadora, por ejemplo; incluso, le hemos ofrecido 500 millones para echar andar una, pero nada. ¡Está empecinado!¡No escucha a nadie! ¡Ni a los especialistas!”, indica el presidente de la Unión de Crédito Agrícola e Industrial del Valle del Yaqui, SA de CV (Ucayvisa).

Y es que desde finales de enero, en el sur del estado, estalló un conflicto entre el gobierno y dirigentes empresariales y agrícolas por la construcción del acueducto Novillo-Hermosillo.

El gobierno de Padrés Elías (PAN) contempla ejecutar el programa hídrico denominado Sonora Sistema Integral, cuya obra central es un conducto de 152 kilómetros de longitud y 48 pulgadas de diámetro, para trasvasar agua a la capital sonorense desde la presa El Novillo, ubicada en el municipio de San Pedro de la Cueva y que forma parte del sistema del río Yaqui.

Pero, en el municipio de Cajeme, asociaciones agropecuarias, organizaciones civiles, empresarios, políticos, entre los que se encuentran el senador panista, Javier Castelo Parada y el ex candidato a gobernador del blanquiazul, Adalberto Rosas López, así como campesinos, maestros, doctores, licenciados, empleados, amas de casa, niños, ancianos… se oponen al proyecto al argumentar que afectará la disponibilidad del recurso aguas abajo de la presa El Novillo, es decir en el Valle del Yaqui, además de que —aseguran—, legalmente les pertenece el líquido.

Incluso han organizado manifestaciones, bloqueos y protestas, para exigir que se frene el proyecto que requerirá de una inversión de tres mil 680 millones de pesos.

El 27 de junio fue la última movilización. Más de 500 tractores fueron colocados frente al Palacio Municipal de Cajeme y de las oficinas de la Conagua, con la intención de demostrar al gobierno federal su rechazo al acueducto.

Antes, el 7 de mayo, se realizó una megamarcha, con un registro histórico de participantes… Pero, pese a ello, las autoridades dijeron que sólo era una minoría, un grupito de quejosos.

En entrevista con este medio, los agricultores aclararon que su postura no es por compartir el líquido sino porque estudios y análisis de especialistas demuestran que el proyecto de Padrés es inviable y demasiado costoso. Además, porque se corre el riesgo de secar las presas y que se repita la historia del 2004, cuando no caía ni una gota.

Por ejemplo, un estudio del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) reveló que el Sistema de Presas del Río Yaqui no está en condiciones de compartir agua, pues la media anual en las captaciones de los tres embalses que lo componen ha ido disminuyendo de los tres mil 066 millones de metros cúbicos a mil 819 en la actualidad.

Pese a ello, el gobierno de Padrés dice que con 50 millones de metros cúbicos anuales que le quiten a la presa de El Novillo, con eso tienen para darle de beber agua a los habitantes de Hermosillo, que por cierto, conforme pasan los meses ven como la ciudad crece desordenadamente y sin planeación.

A decir de Baltasar Peralta el problema vendrá, cuando la presa de El Novillo no tenga agua suficiente para alimentar las bombas.

“El agua de ríos y presas no es eterna. En cambio, la del mar, es casi infinita”, comenta.

pérdidas. Y agrega: “tarde o temprano, el Proyecto de agua para Sonora debe ser integral y no solamente para satisfacer a quienes viven en la capital del estado”.

—¿Han cuantificado pérdidas? — se le pregunta a Balta, como le dicen los agricultores.

—El dejar de sembrar nos ocasiona pérdidas; si nosotros hubiéramos sembrado cuarenta mil hectáreas, tanto de frijol soya, como de maíz, nos representa una pérdida arriba de 400 millones de pesos. Estamos cuidando el agua, porque requerimos llegar a los niveles de sembrar las 96 mil hectáreas, que representa el 42 por ciento del agua cultivable del Valle del Yaqui y queremos volver a llegar a esa superficie que anteriormente se sembraba— responde.

“El tener una derrama de segundos cultivos representa un ingreso para la población, no nada más para los agricultores, para el comercio, para los jornales y eso te equivale a 400 millones de pesos”.

“Hay una cosa muy importante, el 90 por ciento de la industria aceitera cerró en la década de los 90 por falta de segundos cultivos que se cosechaban; ahora queda una sola industria aceitera, de nueve que había en la región”.

Protesta. Movilización de agricultores que se oponen a la construcción del acueducto Novillo-Hermosillo. Foto: Alonso Gallegos

Fuente:
Alejandro Cedillo ( 12 de julio de 2010) Agricultores rechazan que Guillermo Padrés desvíe agua de la presa El Novillo a Hermosillo; “quiere llenarse los bolsillos de dinero”. La Crónica de Hoy
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