La Rovirosa agoniza tras el embate de “Alex”

Coahuila
Martes 20 de julio de 2010

La colonia Rovirosa en Nueva Rosita está destinada a desaparecer; hace seis años, el desbordamiento del río Álamos causó grandes estragos en viviendas y edificios públicos, pero fueron reparados y la localidad continúo viva. Ahora, las reparaciones son imposibles, el río tomó fuerza y dejó la zona convertida en basura y lodo, incluso, arrancó construcciones desde sus cimientos.

La Rovirosa fue creada hace más de 100 años en el municipio en San Juan de Sabinas, en la región carbonífera, y en el futuro será un parque recreativo. Por las calles ya no se escucha la voz de sus habitantes, que se daban los buenos días y compartían vivencias, a cambio está el ruido de las máquinas retroexcavadoras y de sus operadores, que levantan toneladas de escombro, lo vacían en camiones y luego salen para dejar en algún tiradero 100 años de historia.

“La Rovi” una de las colonias más siniestradas por Alex y la depresión tropical número dos, que provocaron el desbordamiento del río Álamos (El Coyote), luce en ruinas. Algunas viviendas quedaron en pie pero es imposible habitarlas; dentro y fuera de ellas todo es basura, el lodo no respetó ni los altares.

Hace más de una semana que ya no llueve y la fuerza de la corriente no disminuye, ni baja el nivel del río, que de 35 metros se ensanchó a 70 y hasta 100 metros en algunos tramos.

El gobierno del estado planteó la reubicación de 100% de los vecinos de la colonia Rovirosa, por lo que pidió a las familias que cedan sus propiedades para la construcción de un gran parque lineal, y a cambio se les otorgarán viviendas nuevas. La mayoría aceptó, no así aquellos que se acreditan propiedades asentadas en terrenos de 300 a mil metros.

Como almas en pena
En la Rovirosa algunas familias no se han ido, no han podido o tienen la esperanza de estar viviendo una pesadilla que está a punto de terminar y encontrar todo como hasta antes de las lluvias.

El sol cae a plomo, el calor es insoportable, pero Gerardo Gutiérrez Guajardo, quien vivía en la calle Chiapas número 68, a tres cuadras del río, dice que a él no le calienta el sol. Dice que es técnico en lavadoras y aparatos electrodomésticos, salió por la emergencia y en cuanto pudo regresó sólo para encontrar que le robaron dos lavadoras, dos refrigeradores y una secadora, que eran de sus clientes.

“Estaban descompuestas, pero ahora cómo le hago para pagarlas si me quedé sin nada”, afirma el hombre quien después de la inundación del 4 de abril de 2004 arregló las lavadoras de sus vecinas y no les cobró nada.

Ana Luz Lara Gómez camina apresurada en medio del lodo; “voy a buscar comida porque no puedo ir al albergue”. Dice que no puede ir con sus cuatro hijos, pues el más pequeño tiene tres meses, pero necesita leche y pañales.

Pide presencia policiaca porque le robaron su refrigerador que le costó 5 mil pesos y pagó en abonos con muchos sacrificios. Su esposo vende lonches de barbacoa, pero no está trabajando. Confía en que la apunten en la lista para que le repongan el aparato.
Las lluvias también dejaron sin trabajo a unos 7 mil carboneros y regresarán a laborar hasta que desagüen las minas y pocitos. El gobierno estatal anunció que los apoyará con más de 100 pesos diarios durante dos semanas.

Más afectaciones
La riada arrasó con todo lo que se le atravesó y dejó una estela de dolor, angustia y desesperación, principalmente en Sabinas, Nueva Rosita, Nadadores, Acuña, Monclova y Saltillo. Embistió 30 mil 784 casas, de éstas mil 971 con pérdida total. Dañó también 369 escuelas, mil 200 comercios, así como pequeñas y medianas empresas.

El poder de Alex aisló a la tercera parte de los habitantes del estado. Al menos 100 mil personas quedaron incomunicadas, pues las avenidas de agua colapsaron o derrumbaron 16 puentes, se tragaron tramos de la cinta asfáltica e inundaron infinidad de caminos rurales que todavía están intransitables por la acumulación de lodo.

Fuente:
Hilda Fernández Corresponsal, La Rovirosa agoniza tras el embate de “Alex”,
Martes 20 de julio de 2010, El Universal.
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