La lentitud de las obras de ampliación de la red de agua potable, a cargo de la Junta de Agua Potable y Alcantarrillado de Yucatán (Japay), deja entrever presuntas irregularidades en el manejo de los recursos.
Numerosos vecinos del Poniente, donde se realizan las obras de manera simultánea, se quejan de la lentitud de los trabajos. Dicen que una máquina se dedica abrir largas zanjas durante varios días, después, una cuadrilla de trabajadores tapa con escombro fino los agujeros, pero no pavimenta esos espacios, con el consiguiente perjuicio para los guiadores y los peatones, además de la polvareda que se mantiene día y noche en los alrededores.
En algunos casos, incluso, algunos vecinos, como los de la avenida que lleva a Chenkú, no ven que los trabajadores coloquen los tubos: "Sólo abren las zanjas y luego las tapan, no ponen tubos. Al menos, yo no he visto que metan los tubos. Ya le pregunté a varios de mis vecinos y tampoco vieron que se introduzca la tubería", afirma el ingeniero Héctor Ruiz.
Al respecto, la Japay afirma que los trabajos tienen 50% de avance, pero hay tramos donde la zanjadora "le gana" a la llegada de los tubos, por lo que se tapan las zanjas nuevamente en espera de que lleguen a la obra.
Los tubos son surtidos por la empresa Mexalite que tiene su sede en Chihuahua, de donde envía los insumos en un embarque tarda seis días.
Cuando lleguen los tubos, explica el vocero de la paraestatal, Manuel Mena, los obreros abrirán nuevamente las zanjas para colocarlos en su lugar