BERLÍN, Alemania.- ¿El agua es igual en todas partes? La respuesta es no: antes de que un agua mineral llegue a la botella, tiene un largo camino a sus espaldas.

Durante décadas se filtró por la superficie terrestre, un tiempo en el que se enriqueció de minerales disueltos de las rocas. Y sorprendentemente, Alemania es considerado el país con más tipos distintos de agua del mundo.

Hay aguas minerales con un toque ácido, otras con un toque salado; algunas tienen sabor y otras sólo muy superficial; unas tienen mucho gas, otras menos o nada. ‘La variedad y diversidad de agua mineral en Alemania es única en el mundo’, afirma el geólogo Frank Sirocko, profesor de la universidad de la ciudad de Maguncia.

En todo el país hay más de 200 manantiales minerales, con 820 fuentes reconocidas oficialmente y más de 500 marcas. Y cada una de ellas con un sabor o con características diferentes, en función de su origen y el contenido mineral.
‘Las características geológicas del suelo dan su sabor específico al agua’, explica Sirocko.

Una buen agua mineral suele proceder normalmente de al menos 100 metros de profundidad subterránea y tiene una edad de varias décadas antes de llegar a la botella. ‘Hoy en día bebemos agua que se ha filtrado por la superficie terrestre en las últimas décadas’, explica el científico.

Eso significa que el agua necesitó muchos años para irse filtrando por la tierra y llegar a las profundidades, un camino en el que disolvió sustancias minerales de las capas de roca y las incorporó a su contenido.

A ello le ayudó el dióxido de carbono, que asciende a la superficie desde profundidades de unos 70 kilómetros. Más de 50 tipos de agua mineral alemana son ricas en minerales y en burbujas de gas naturales. Otras son más pobres en ese contenido porque fluyeron por tipos de rocas no solubles.

Un agua que fluyó por una roca volcánica sabe diferente a la que transcurrió por un suelo de arena o de caliza. ‘Depende de los distintos minerales y elementos que se desprenden de las rocas’; explica Sirocko.

Por ejemplo, un agua procedente de una zona volcánica como Eifel es siempre rica en magnesio y en bicarbonato y algunas suman además sodio y calcio. Un agua oriunda de una zona del Rin suele ofrecer mucho sodio y cloro y una de la zona de Schwabian Alb, calcio y sulfato.

El alto número de fuentes en Alemania es único en todo el mundo, certifica la portavoz de la Asociación de Manantiales Minerales Alemanes (VDM), Meike Strenger. ‘No hay ningún país que tenga reservas de agua natural tan ricas como Alemania’, afirma.

Y mientras siga lloviendo no se agotarán. Las fuentes se concentran en el sur y suroeste del país, debido a las condiciones geológicas. En Renania Palatinado hay hasta 22 manantiales.

Con un consumo per cápita de 135 litros al año, el agua mineral es la bebida más consumida por los alemanes, cuenta Strenger. Y la tendencia va al alza: en 1990 se bebían 83 litros y en 2000 más de 100.

Según la asociación, las ventas de agua mineral en 2011 se situaron en 10 mil 100 millones de litros, por valor de tres mil 100 millones de euros.

Los clientes son cada vez más exigentes, que buscan la mezcla de minerales más conveniente para ellos, explica Sirocko.
Un agua con mucho sodio y magnesio ayuda después de practicar deporte, un agua equilibrada o ligera en bicarbonato para combatir la acidez estomacal. Los consumidores nunca se interesaron tanto como ahora por el origen y la calidad de este producto, afirman los expertos.