Una escena como salida de una película de terror sorprendió a los habitantes de la pequeña ciudad eslovaca de Myjava un tranquilo domingo en la mañana. Los vecinos preocupados notificaron a la policía cuando el río se tornó rojo color sangre.
Bomberos, policías estatales y municipales, un técnico en hidráulica, el presidente de la asociación de pescadores, y otras autoridades locales se reunieron todos para ver lo que ocurría, reportaron los medios locales de información.
Los investigadores encontraron la fuente de coloración en una rejilla de aguas residuales, de acuerdo con el diario eslovaco SME.
Un empleado de 43 años, de una empresa local estuvo limpiando nueve contenedores de plástico de una impresora utilizada para la impresión de empaques de alimentos, dijo el portavoz de la ciudad, Marek Hrin en Facebook.
El empleado llevó los contenedores del trabajo para usarlos en su casa. El agua de color, la vertió por el alcantarillado del patio de su vivienda, que desemboca directamente en el río de la localidad.
Afortunadamente, no hay peces u otros animales silvestres que puedan ser afectados, ya que los colorantes utilizados para el envasado de alimentos, no son tóxicos, no obstante, las autoridades están analizando la sustancia.
La policía eslovaca investiga el acto como una violación a las normas ambientales, y el hombre fue despedido de su trabajo.