Después de treinta años se reinició la extracción de petróleos en el Amazonas cerca de la ciudad de Iquitos, Perú, entre Maynas y Loreto, y la responsable es la operadora francesa Perenco.

El Presidente Ollanta Humala dio inicio oficial a las actividades del 5 de diciembre, y explicó que “hace más de treinta años Loreto quedó marcado con el trauma de la explotación petrolera, en la que la contaminación no era el factor importante”. En este sentido el mandatario garantizó que la empresa Perenco “es creíble”.

“El Estado va a vigilar que el medio ambiente y las comunidades se respeten”, aseguró Humala.

En su discurso, aclaró que el compromiso de Perenco “es practicar las normas internacionales de cuidado del medio ambiente que permitan reinyectar el agua al subsuelo y no a los ríos”

Las operaciones de Perenco se realizan en el Lote 67, que se encuentra ubicado en los distritos Napo y Tigre de las provincias Maynas y Loreto, a 350 kilómetros al noroeste de Iquitos.

Humala resaltó que con la operación en Iquitos, el país dependerá menos de las importaciones de crudo, que hoy llegan a más de 100 mil barriles.

A su vez destacó que se realizará la construcción de un ducto de 200 kilómetros para enviar el crudo hacia Andoas y luego a Talara, lo que según el mandatario significará “una inserción de mayor número de trabajadores del lugar”.

Para transportar el lote de crudo pesado, Perenco deberá mezclarlo con un diluyente para convertirlo en un hidrocarburo liviano, que pueda ser transportado en el oleoducto.

El mandatario advirtió que las nuevas operaciones petroleras traerán consigo la reapertura del Servicio Industrial Marina (SIMA) para la construcción de barcazas en Iquitos.

El Lote 61 tendrá una producción inicial de 1.000 barriles de petróleo diario en 2013. Para el 2014 se planean 6.000 diarios; en 2015, unos 12.000; en 2017, 35.000, y en 2018 llegará al pico de 60.000 barriles diarios, según la presidencia de Perú.

Contaminación petrolera alrededor de Iquitos

Según la organización Alianza Arka “ha habido explotación petrolera en Loreto durante más de 40 años. Algunos de sus efectos devastadores sobre el medio ambiente y la población local están surgiendo ahora, y generando cada vez más conciencia del público y el Gobierno Peruano. Los pueblos indígenas han tratado de llamar la atención sobre la contaminación durante décadas, sin ser escuchados”, destacó en junio pasado.

“Pruebas recientes de agua y suelo han demostrado niveles sin precedentes de contaminación en la cuenca del Pastaza, haciendo que el gobierno llame a un estado de emergencia ambiental en la región”.

A su vez en agosto pasado, la Organización Defensa Indígena alertó al Presidente de la República, el Ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, al Ministro del Medio Ambiente y otras autoridades, que la empresa de hidrocarburos canadiense Gran Tierra Energy, operadora del Lote 123 estaba arriesgando la vida de más de medio millón de personas al afectar su única fuente de agua potable.

“Rechazamos de la forma más enérgica que Gran Tierra Energy, empresa canadiense de hidrocarburos, pretenda continuar el proyecto de exploración de petróleo en la Cuenca del Nanay”, comunicó la organización.

“La contaminación petrolera ha originado daños irreversibles en los ecosistemas de extensas zonas de nuestra Amazonía, que provee de alimentos y recursos a nuestros pueblos indígenas y bosquesinos, realidad que ha merecido la oficial Declaración de Emergencia Ambiental del Pastaza, y ya está en camino la misma declaratoria para la cuenca del Corrientes”, señaló la Organización Defensa Indígena en un comunicado.

En junio de 2013, la organización Alianza Arka señaló otra contaminación que los estaba afectando. “Hace apenas unos días, un gran derrame de petróleo tuvo lugar en Ecuador, a lo largo de un importante oleoducto. Se estima que unos 10.000 barriles de crudo se derramaron en un río local. Una "alfombra negra" de hasta 200 kilómetros de largo ahora está en camino por el río Napo y recientemente cruzó a Perú”.

Por casos que se repiten en la región, la coalición Comité de Agua desde 2011 está pidiendo una moratoria de perforación petrolera en el (cuenca y río) Nanay, informó Alianza Arkana.

“Desastres ecológicos similares en el Nanay pondrían en riesgo la vida de más de medio millón de habitantes de Iquitos, por no hablar de los grupos indígenas que viven cerca de la cabecera. Ayer, una vez más, la población de Iquitos expresó su conciencia, miedo, y determinación para evitar la situación”, aclaró Alianza Arkana.

Bosques intervenidos y contaminados causan sequía

La Organización Global Voices, reportó en 2012 el impacto de contaminación que tuvo la empresa Conoco Phillips en el Amazonas de Perú y los efectos de la degradación en los bosques intervenidos.

“Si el bosque es degradado o destruido”, como sucede hoy con la instalación de proyectos, involucrados en acusaciones de corrupción, “Iquitos sufrirá cada vez más", las crisis del agua, destaca Global Voices citando a medios locales.

Un ejemplo de esto fue lo que sucedió a varias ciudades del Amazonas durante los meses de sequía. Esto causó severas restricciones en el servicio de agua potable y decenas de miles de hectáreas de arroz bajo riego y de otros cultivos se perdieron o no pudieron ser sembradas, informó el Diario La Región en su reporte de la sequía en 2010.

“El bosque Amazónico actúa como una fábrica de lluvia donde hasta el 50% de las Lluvias se originan en la evaporación y transpiración del bosque y un 25% restante, de las Nubes de origen atlántico. No se condensaría si no hubiese Bosques”, declaró el investigador José Álvarez Alonso en 2010 a Diario La región.

“El bosque también actúa como una esponja: favorece que el agua de la lluvia se filtre y el suelo empape, y también su follaje, y luego el agua escurre gradualmente. Donde el bosque ha sido destruido, las lluvias arrastran todo a su paso provocando huaycos e inundaciones, contaminando los cursos de agua; unos días sin lluvia, sin embargo, bastan para dejar seco el Cauce de un río”, concluye Álvarez.