Los casos de dengue en el estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil, aumentaron 697% en los dos primeros meses del año y dejaron 24 muertos en medio de la histórica crisis hídrica que atraviesa el sudeste brasileño.

En enero y febrero se reportaron 94,623 casos de dengue en el estado, 82,747 más que los 11,876 registrados en el mismo período de 2014, según datos publicados este viernes por el ministerio de Salud.

El espectacular crecimiento de los casos en este estado, centro económico de Brasil, donde viven 40 millones de personas, empujó hasta más del doble el número de pacientes infectados en todo el país: en enero y febrero se reportaron 174,676 casos de dengue, 139% más que en los dos primeros meses de 2014.

La sequía, que lleva meses provocando cortes en el suministro de agua en numerosos municipios del estado, incluida la poblada capital, sería uno de los principales factores para que Sao Paulo monopolice el 54% de los enfermos de dengue del país.

La escasez de agua ha disparado los depósitos caseros, donde el mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad, encuentra el hábitat idóneo para reproducirse.

"En muchas regiones, a causa de la falta de agua, la gente acaba acumulando agua en casa. Eso ayudó también a ampliar la proliferación del mosquito", afirmó el ministro de Salud, Arthur Chioro, este viernes en Sao Paulo.

Lo peor podría estar por llegar, pues el período de marzo a mayo es históricamente el de mayor transmisión del dengue, alertó Chioro, que anunció la inversión de 150 millones de reales adicionales (casi 50 millones de dólares) para el combate de la enfermedad.

En tasa de influencia por cada 100,000 habitantes, Sao Paulo es el tercer estado con más pacientes de dengue, por detrás del amazónico Acre y de Goiás (centro-oeste).

De las 39 muertes causadas por la dolencia en estos dos primeros meses de 2015, 24 fueron en el estado de Sao Paulo.

Pese a ello, los fallecimientos causados por esta enfermedad, que puede causar fiebres altas, potentes dolores musculares e incluso hemorragias en su versión más grave, se redujeron un 37%, pasando de los 62 enfermos fallecidos en enero y febrero de 2014 a los 39 del primer bimestre de 2015.