Las agencias humanitarias de la ONU y sus socios han reducido temporalmente sus operaciones de asistencia en las áreas accesibles del este de la ciudad de Mosul, en Iraq, debido a una serie de incidentes de seguridad.

Entre esos sucesos que han afectado las tareas de socorro se cuenta el uso de drones por parte del ISIS, que ha causado heridas a varios trabajadores humanitarios, y un ataque suicida a un restaurante en el este de la ciudad.

Los organismos de Naciones Unidas señalaron que una de las principales preocupaciones es la escasez de agua potable, por lo que su personal distribuye diariamente unos 2.300 metros cúbicos del líquido en 30 barrios.

Esta labor, sin embargo, no es suficiente, por lo que se ha reactivado una planta de tratamiento de agua que sirve a 70.000 residentes de sus inmediaciones.

La ONU indicó que el ISIS mantiene bajo su control el oeste de Mosul, donde se teme por la situación de unos 750.000 civiles que residen en ese sector de la ciudad.