Los precios de los alimentos básicos han subido drásticamente en el este de África por el impacto de la sequía, que ha reducido las cosechas, informó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La FAO señaló en un comunicado que los precios locales del maíz, sorgo y otros cereales están en niveles de récord en muchas zonas de Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y Tanzania, según un último estudio.

A este encarecimiento de los productos básicos se une la caída de los precios del ganado, ya que la escasez de agua y pastos ha empeorado las condiciones de los animales y obligado a sacrificarlos.

Esos factores han repercutido en las comunidades de pastores de la región, que ahora tienen menos ingresos para comprar unos alimentos cada vez más caros, lo que supone “consecuencias alarmantes en términos de inseguridad alimentaria“, afirmó el economista de la organización Mario Zappacosta.

La subida de precios en África oriental ha llegado a ser del doble en algunos mercados urbanos y contrasta con la estabilidad de los precios de los productos básicos a nivel internacional, destacó la FAO.

Pocas lluvias después de la sequía de 2016

En esta parte del continente las lluvias escasas y erráticas de los últimos meses están haciendo mella en la producción agrícola, que ya previamente había sufrido el impacto de la sequía asociada al fenómeno de El Niño, el cual acabó el año pasado.

La ONU estima que las cosechas de maíz y sorgo están un 75 % por debajo de su nivel habitual en Somalia, donde unos 6,2 millones de personas (más de la mitad de la población) están en situación de hambre.

El aumento de los precios también se ha notado especialmente en Tanzania, Kenia y Uganda, mientras que en Sudán del Sur la guerra y la fuerte depreciación de la moneda local han influido además en el mercado de los alimentos, que cuestan entre dos y cuatro veces más que hace un año.

Los pastores se enfrentan a condiciones aún más duras y en Etiopía, por ejemplo, muchos han perdido a sus animales o han tenido que venderlos en mal estado ante la escasez de recursos para alimentarlos, por lo que a su vez se han disparado los precios de la leche.