A más de 670 millones de toneladas asciende hoy el ahorro de emisiones de dióxido de carbono reportado por el Canal de Panamá a lo largo de su historia, según datos oficiales de la entidad.
Desde su apertura en 1914, la estratégica ubicación geográfica de esa vía interoceánica permitió a los buques no solo acortar la distancia con respecto a rutas alternativas, sino también reducir los costos y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Estrategia ambiental complementada hace un año con la puesta en marcha del tercer juego de esclusas, por la que han transitado más de mil 500 buques neopanamax con una mayor capacidad de carga.
De acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en sus primeros 12 meses de operación, el trayecto ampliado permitió reducir más de 17 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a 60 mil hectáreas de bosques.
Justamente la Ruta Verde del Canal lidera una serie de iniciativas de sustentabilidad, entre ellas el Green Connection Award y el Environmental Premium Ranking, las cuales premian a los clientes que cumplen con altos estándares de eficiencia ambiental.
En tal sentido, se conoció que hasta la fecha más de 85 embarcaciones recibieron el Green Connection Award, en tanto más de 275 califican para el Environmental Premium Ranking, desde que en enero de 2017 fue implementada esta iniciativa.
'Considerando la nueva estrategia de la OMI (Organización Marítima Internacional), el Canal de Panamá sigue comprometido en reducir su impacto en el ambiente para combatir el calentamiento global, como lo hemos hecho desde que el Canal fue inaugurado hace 102 años', expresó recientemente Alexis Rodríguez, especialista en protección ambiental.
Durante su participación en la 71 sesión del Comité de Protección del Medio Marino de la OMI, las autoridades de esta maravilla ingenieril ratificaron su deseo de mantener la condición de ruta verde y eficiente para la industria naviera.
El programa ambiental de la obra de infraestructura más importante del país en los últimos años también contempla proyectos para asegurar la reforestación, la disponibilidad en la calidad y volumen del agua e incrementar la eficiencia energética.
A esto se suma, un plan de mitigación que facilita el control de la calidad del aire, ruido y vibraciones, protección de suelos, recursos hídricos, flora y fauna, y manejo de residuos sólidos, líquidos y peligrosos, entre otros aspectos, según el Informe Anual 2015 de la ACP.
