El número de muertos por inundaciones en Kenya aumentó en las últimas horas a 72, según los informes oficiales.
La Cruz Roja del país africano añadió que otros 33 kenianos sufrieron heridas, fueron desplazadas más de 211 mil personas, y adviertió que las presas de Masinga y Kamburu, en la zona sur, alcanzan niveles peligrosamente altos.
Agrega la fuente que las inundaciones han interrumpido los medios de subsistencia, con al menos ocho mil 450 acres de tierras de cultivo sumergidas en agua y más de seis mil cabezas de ganado perdidas, casas destruidas y infraestructura dañada, como carreteras y centros de salud.
El campo de refugiados de Dadaab, que alberga a más de 225 mil emigrados, también se ha visto afectado y cientos de emigrantes se han refugiado en las escuelas.
Según los informes, alrededor de 50 mil kenianos han quedado varadas en varias aldeas de Moyale, cerca de la frontera con Etiopía, después de que una carretera que las une con la ciudad fronteriza quedara interrumpida por las inundaciones.
La situación ha provocado que estas personas no han podido acceder a los suministros de alimentos y agua durante 10 días.
El Departamento Meteorológico de Kenya advirtió que se espera que continúen las fuertes lluvias y tormentas eléctricas, incluso en la región del Lago Victoria, las tierras altas alrededor del Valle del Rift y los condados nororientales de Marsabit, Isiolo, Mandera, Wajir y Garissa.
La víspera, el jefe de la Cruz Roja nacional, Abbas Gullet, aconsejó a las personas en las regiones del este y central que se desplacen a terrenos más elevados debido al riesgo de inundación.
Las lluvias obligaron al presidente Uhuru Kenyatta a cancelar sus planes de viaje a una conferencia de alto perfil prevista en el oeste del país, que cambió por la lectura de su discurso a través de un mensaje de video.