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Noticias Nacionales - Diciembre 2010

13 de Diciembre de 2010

Cambio climático y epidemias: el dengue

En este 2010, 5% de todos los casos nacionales se han dado en la llamada Ciudad de los Naranjos.
Cecilia Soto

Un misterio tiene perplejas a las autoridades sanitarias de Sonora: una epidemia de dengue de proporciones desconocidas asuela Hermosillo, una ciudad de clima extremadamente caliente y seco en el verano y frío intenso en el invierno. El dengue es común en las costas de la entidad, húmedas y cálidas, propicias a la proliferación del mosquito transmisor, el aedes aegypti, el mismo vector de la fiebre amarilla, pero menos común en la capital del estado. Sin embargo en este 2010, 5% de todos los casos nacionales se han dado en la Ciudad de los Naranjos. Aunque después de 70 años de gobiernos priistas por fin hubo alternancia política en mi entidad, no creo que el mosquito tenga preferencias partidarias. Sin embargo, es posible que esta epidemia sí sea el resultado inesperado de ciertas políticas públicas desarrolladas en la última década.

Una gran parte de la población en México se concentra en el altiplano, por razones sólidas: su clima templado hace más fácil (y más barata) la vida cotidiana y su gran altura, de los tres mil a los mil  metros aproximadamente, la preserva de muchas enfermedades asociadas con un clima húmedo y caliente… hasta ahora. El cambio climático probablemente va a modificar esas premisas, como lo ha venido mostrando la evolución del dengue en nuestro país.

Cuando hablamos de cambio climático es claro que usamos una convención: desde la referencia de nuestra corta existencia, de apenas unas siete u ocho décadas, o incluso desde la perspectiva del arco de vida de las distintas civilizaciones, de unos cuantos milenios, el clima terrestre que nos tocó vivir es el que es, y cualquier cambio origina zozobra. Pero desde la referencia de la evolución terrestre y su interacción en el sistema solar, el clima de la Tierra está evolucionando por razones de sus motores  y nosotros, con el modelo de civilización que desperdicia energía y es consumista al extremo, probablemente contribuimos negativamente a ese cambio.

A diferencia de nuestra civilización que, antes que enfrentar el cambio en forma práctica, lo discute, firma protocolos que no cumple, se reúne en Copenhague, en Cancún, los protagonistas naturales del cambio se adaptan, mutan y evolucionan.

El virus del dengue ataca anualmente a entre 50 y 100 millones de personas, especialmente en las zonas tropicales. En nuestro país,  disminuyó drásticamente en los años sesenta, por la campaña para erradicar la fiebre amarilla, pero hubo una reinfestación dos décadas después. El mosquito transmisor se reproduce en aguas limpias y en climas cálidos pero, este año, las autoridades brasileñas observaron una mutación que se reproduce también en aguas estancadas. El virus estaba presente en todos los continentes con la excepción del europeo, pero este año ya se encontraron aedes aegypti en Europa.

En nuestro país, en el año 2000, hubo mil 781 casos de dengue clásico. En 2007 brincó a 52 mil; en 2008 a 55 mil y en 2009 a 52 mil 500 casos. Este año, en todo Sonora hubo tres mil 63 y 88% se concentraron en Hermosillo. En 2010, se observaron por primera vez en Guadalajara y fueron encontrados algunos mosquitos en el área metropolitana del DF, Cuernavaca, Aguascalientes y Querétaro, estados anteriormente libres del vector transmisor del virus del dengue, precisamente debido a la altura, pero esta vez el aedes subió hasta llegar a los mil 500 metros, quizá por el frío menos intenso o su capacidad de adaptación.

En Hermosillo no ha aumentado tanto el calor como ha escaseado el agua potable. Las autoridades han implementado en los últimos años “tandas” para racionar el agua: a unas colonias les toca en la mañana y a otras en la tarde. Así, los ciudadanos previsores y de escasos recursos guardan agua en todo tipo de recipientes limpios, para usarla cuando la autoridad les cierra la llave: tinacos, baldes, tanques de 200 litros, etcétera.

Repentinamente, en unos cuantos años, la cantidad de sitios para que el mosco se reprodujera se multiplicó exponencialmente… al igual que los casos de dengue. He ahí una sorpresa de la naturaleza, para los planificadores urbanos. Nos vemos en Twitter: @ceciliasoto

Analista política

ceciliasotog@gmail.com

Fuente:
Cecilia Soto, 13 de diciembre de 2010, Cambio climático y epidemias: el dengue. Prensa Escrita
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