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Noticias Nacionales - Junio 2010


16 de Junio de 2010

Glocalfilia: Recursos hídricos y sed para el futuro

Miércoles, 16 de Junio de 2010 00:00 Escrito por Germán González Dávila

La escasez de agua en muchas regiones del mundo ya es una realidad. De acuerdo con prospectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hacia 2030 alrededor de tres mil 900 millones de personas (47 por ciento de la población mundial) sufrirán situación severa de estrés hídrico, y más de cinco mil millones no dispondrán de acceso a drenaje (67 por ciento de la población mundial ese año, mil 100 millones más que hoy día). Este desastre se anuncia particularmente para los países en desarrollo.

Como se sabe, el agua es indispensable para la vida, pero los seres humanos hemos modificado, a escala de intervención geológica, el curso de ríos y otros cuerpos de agua dulce para sustentar nuestras formas de crecimiento económico y poblacional. Sin embargo, como todos los ciclos biogeoquímicos, el del agua tiene límites impuestos por dinámicas meteorológicas, hidrológicas y de capacidades de carga de la biosfera. Como en el caso de otros umbrales planetarios (Glocalfilia del 28 de septiembre 2009), Homo ha transgredido las capacidades de renovación de los recursos hídricos disponibles para su propio desarrollo.

El más visible, y preocupante, de los problemas con los recursos hídricos es el de su disponibilidad, porque cada día que pasa la disponibilidad per cápita disminuye. Pero a éste hay que añadir la falta de tratamiento de aguas residuales en casi todo el mundo, la contaminación de ecosistemas por aguas negras, la contaminación con nitrógeno (cuya principal responsable es la agricultura) y, por si esto fuera poco, la creciente pérdida de suelos fértiles por erosión hídrica.

Falta mucho camino para integrar criterios de sustentabilidad hídrica en las políticas agrícolas y de uso del suelo, y todavía más para aplicar los principios “el que contamina paga” y “el que usa paga”; lo cual no parece ser posible de otra manera que mediante el establecimiento de precios y la reducción de subsidios que incentivan la contaminación y el agotamiento del recurso.

Actualmente, millones de toneladas de nitrógeno se extraen de la atmósfera para procesos industriales y, sobre todo, para la producción de alimentos por fertilizantes agrícolas. Se estima que, para 2030, la cifra de nitrógeno vertido en aguas costeras alcanzará los 55 millones de toneladas; lo que equivale a un incremento de 4 por ciento a partir de 2000. Y eso no es todo, hacia el 2030 la erosión de suelos fértiles por el factor hídrico se habrá incrementado más de un 33 por ciento respecto de las tasas actuales, hasta alcanzar unos 27 millones de kilómetros cuadrados –equivalentes al 21 por ciento del área terrestre mundial. Todo esto reducirá la capacidad de producción alimentaria para una población que, para esas fechas, habrá sumado al menos mil 500 millones más de habitantes a los seis mil 800 de hoy día.

Muchos países desarrollados han logrado reducir su consumo de agua per cápita y total, pero los países en desarrollo mantienen tendencias hacia situaciones de desastre. Esto demuestra que la aplicación de políticas adecuadas y el establecimiento de mejores prácticas –en algunos países desarrollados–, puede conducir a un uso más eficiente del agua o, dicho de manera estricta: a desacoplar el consumo y la pérdida de calidad del agua del crecimiento de la economía y de la población; y ello sin dejar de tomar en cuenta prioridades sociales. Pero la mayoría de los países en desarrollo no disponen de capacidades para reducir sus tendencias hacia un creciente estrés hídrico.

Uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM, Naciones Unidas 2000) consiste en disminuir a la mitad, en 2015 respecto de 1990, la población mundial sin acceso a agua potable y drenaje. Lograr este ODM requiere una inversión de alrededor de 10 mil millones de dólares por año. Sin embargo, esta cifra se convertirá en una enorme subestimación si este ODM no se cumple en 2015 (y todo indica que la reciente crisis económica global abona en tal sentido); particularmente por los impactos adversos sobre la salud humana y la productividad económica y alimentaria.

Por si todo esto no fuera suficiente para documentar nuestra preocupación y pesimismo por los feos escenarios previsibles del futuro próximo, el calentamiento global amplificará todos estos desafíos de la gestión del agua, porque impactará negativamente los sistemas hídricos y el ciclo natural del recurso, e incrementará el grado de estrés para las poblaciones humanas y los ecosistemas.

Es urgente, pues, que los gobiernos adapten sus estrategias de gestión del agua de acuerdo con los escenarios de mediano y largo plazos del cambio climático. Se requiere urgentemente poner en marcha esquemas que aseguren un financiamiento adecuado en los países en desarrollo, a fin de que construyan y operen infraestructuras de suministro y tratamiento de aguas. También es urgente abordar el problema de las fuentes difusas (agricultura, sedimentos atmosféricos, etcétera) de contaminación por nutrientes, sin olvidar las fuentes fijas (aguas negras urbanas). Es indispensable desarrollar estrategias y políticas capaces de equilibrar costos y beneficios por el uso del agua en la agricultura, a fin de asegurar la sustentabilidad en el largo plazo; porque la agricultura es, con mucho, el mayor usuario y contaminador del agua en el mundo. Finalmente, es necesario fortalecer las capacidades de gobernación de los recursos hídricos, para lo cual es indispensable avanzar en la gestión integral de cuencas y la aplicación de precios adecuados por los servicios de agua.

Como en los casos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la pérdida de suelos fértiles, la disminución en la disponibilidad y calidad del agua constituye uno de los problemas ambientales, económicos y sociales de mayor importancia para este siglo XXI. Pero es muy poco, y totalmente insuficiente, lo que las políticas públicas hacen para modificar el fin de esta crónica de desastres anunciados.

http://glocalfilia.sitiosprodigy.com.mx/
glocalfilia@prodigy.net.mx

Fuente:
Germán González Dávila ( 16 de junio de 2010) Glocalfilia: Recursos hídricos y sed para el futuro.
La Jornada Morelos

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