Las costas mexicanas, a salvo por hoy del derrame petrolero estadunidense

Es difícil que la “mancha” de aceite llegue a Tamaulipas, afirman expertos de Ciencias del Mar

La zona presenta una situación delicada, pero puede revertirse

Laura Romero

El derrame de petróleo que se registra en el Golfo de México desde el pasado 20 de abril no representa un problema inmediato para las costas de México. En el corto plazo es poco probable que afecte al litoral de nuestro país, señalaron expertos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología.

Adolfo Gracia Gasca y Felipe Vázquez Gutiérrez refirieron que es difícil que la “mancha” llegue a Tamaulipas, incluso por efecto de los huracanes. Afectaría si en aguas profundas se produjeran vientos del norte de Canadá o Estados Unidos hacia el Golfo.

Como parte del Proyecto Campaña Oceanográfica Multidisciplinaria que esta casa de estudios realiza desde hace más de una década en el Golfo y a bordo del buque Justo Sierra de la UNAM, la semana entrante iniciará por 35 días un monitoreo constante para evaluar las condiciones del ecosistema marino.

Análisis integral

El estudio integral, explicaron los investigadores, comprenderá de Veracruz al Caribe y aportará información básica para evaluar las condiciones de efectos futuros a causa del derrame, ya que medirá contaminantes en el fitoplancton, zooplancton, bentos, recursos pesqueros, calidad del aire y corrientes, entre otros.

Gracia Gasca, también coordinador del Consejo Académico del Área de las Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud, dijo que mientras el petróleo no alcance zonas costeras el impacto a los ecosistemas es menor, aunque siempre existe. Esa es la ventaja del ambiente marino: a pesar de que los daños no sean mínimos tiene una capacidad de regeneración y recuperación muy alta.

En contraste, abundó el exdirector de Ciencias del Mar, las zonas costeras tienen menos capacidad de limpiarse. Esta es la preocupación principal: su llegada a las marismas de Louisiana y, eventualmente, a los everglades de  Florida, zonas de refugio y criadero para muchos organismos marinos y aves, entre otros organismos. “Se trata de una situación delicada, un desastre, pero puede ser reversible mientras se mantenga en la zona oceánica, donde hay menos posibilidades de afectar al ecosistema del Golfo de México gravemente.”

Solución a corto plazo, lo importante

Lo más importante es que la fuga de petróleo se solucione en el corto plazo para que la perturbaciones ocasionadas sean las menores, porque entre más tiempo pase habrá más contaminación y más riesgo, sostuvo.

Vázquez Gutiérrez, integrante del Laboratorio de Físico Química del Instituto, señaló que, según las estadísticas, los huracanes en esa zona se mueven al norte-noroeste y es difícil que  uno de ellos “regrese”, salvo casos excepcionales. Además, las corrientes marítimas también “suben” hacia el norte. De ahí, que sea difícil que el derrame alcance a México. Lo que puede ocurrir, tomando en cuenta que no parará en pocos días, es que vaya hacia Florida por la corriente del Golfo que llega por el Caribe y sale por esa zona.

Felipe Vázquez explicó que una de las características de los hidrocarburos es que se quedan en la superficie del mar o, si son muy pesados, se van hacia el fondo, pero no se quedan “en medio”, en la columna de agua. Además, mencionó, el petróleo que se está derramando es ligero y se evapora con más facilidad.

También, resaltó, hay que considerar que los organismos tienen la capacidad de desplazarse; si hay un derrame no se quedan en el lugar, se mueven a otras áreas. Y los que tienen pocas probabilidades de hacerlo, como el fitoplancton o el zooplancton, no se encuentran en toda el agua, sino en zonas determinadas.

Marco de referencia

El grupo de trabajo de los científicos tiene información de aspectos químicos, físicos y biológicos del ecosistema del Golfo de México, que constituye un marco ecológico y de referencia para evaluar cualquier impacto futuro.

Si se llegara a dar el caso de que el desastre alcance la zona marina o costas mexicanas “tenemos estudios y una base de datos con los que podemos hacer comparaciones. Estaríamos preparados para dar una respuesta inmediata, desde el punto de vista científico, aseguró Vázquez.

Adolfo Gracia Gasca. Al respecto, explicó que desde 1995, en una serie de campañas oceanográficas, se ha generado un sistema de información geográfico-marino que ya fue entregado a Petróleos Mexicanos y que se espera poner a disposición del público.

Se trata de un acervo de información único, integral, porque contiene datos no sólo del agua, sino también de sedimentos y del aire, que ni en Estados Unidos existe, y que se ha obtenido con equipos de la UNAM a bordo del buque Justo Sierra, añadió.

Por último, los expertos dijeron que ante el derrame petrolero se han tomando las medidas adecuadas. “Es lo único que puede hacerse y esperar a que disminuya la presión del pozo. Esto significa que seguirá saliendo hidrocarburo. ¿Cuánto tiempo más? Depende del yacimiento. Perforar otro pozo sería un alivio, ayudaría, pero tardaría tres meses construirlo”.

Adolfo Gracia Gasca

Fuente:
Gaceta Universitaria, 17 mayo de 2010 gaceta UNAM
http://www.dgcs.unam.mx/gacetaweb/historico.html

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