China dice que Fukushima “no es Chernóbil”, pero halla baja radiación en vegetales. TEPCO prepara planes de indemnizaciones para afectados.

Los trabajadores de la central nuclear de Fukushima estaban hoy un paso más cerca de vaciar agua altamente radiactiva desde un dañado reactor, lo que les permitiría comenzar a reparar un sistema de enfriamiento crucial para controlar una de las peores crisis nucleares del mundo.

El regulador de seguridad nuclear de Estados Unidos, Gregory Jaczko, describió la crisis nuclear en Japón como “estática” pero no estable, debido a la continua lucha por enfriar los reactores dañados por el terremoto y el posterior tsunami del 11 de marzo.

Nuevos datos mostraron que mucha más radiación se filtró desde la planta nipona en los primeros días de la crisis de lo que se había pensado originalmente, lo que llevó a funcionarios a calificarlo a la par con el peor accidente nuclear del mundo, ocurrido en 1986 en Chernóbil.

Pero expertos fueron rápidos en señalar que ambas crisis no son comparables en términos de contaminación radiactiva. Ha habido temores de contaminación en la región, pero la vecina China dijo que el impacto ha sido pequeño, haciendo notar que la cantidad de radiación era solo el 1% de lo liberado desde Chernóbil.

No obstante, el Ministerio de Salud chino informó hoy en un comunicado que se detectaron niveles “extremadamente bajos” de yodo 131 radiactivo en espárragos, lechugas, coles y otros vegetales de 12 de las 30 divisiones administrativas del país.

En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que la elevación del nivel de gravedad del accidente nuclear de Fukushima, * de 5 al grado máximo de 7*, no tiene una incidencia en la salud pública que requiera de nuevas medidas de prevención.

El operador de la planta nuclear de Fukushima, Tokyo Electric Power (TEPCO), empieza a alistar planes de indemnización para los afectados por la crisis nuclear. Un borrador sobre las posibles compensaciones que se limite la responsabilidad de la compañía a entre 2 y 3,8 billones de yenes (entre US$24,000 y US$45,000 millones), dijo el diario Yomiuri.