La Paz - Bolivia.- Continuar con las negociaciones bilaterales con Chile sobre la deuda histórica del uso impago de las aguas del manantial Silala sería contraproducente a futuro en caso de llegar a tribunales internacionales para la resolución de esta controversia, pues un acuerdo sería interpretado como una aceptación del Gobierno boliviano sobre supuestos derechos chilenos, explicó el investigador Antonio Bazoberry.

Lo primero que tiene que hacer el Gobierno para sentar soberanía sobre las aguas del manantial Silala es excluirlo de la llamada Agenda de 13 puntos, porque, al formar parte de este documento, el caso se convierte totalmente comercial porque Chile tratará de negociar estos recursos hídricos lo que no puede permitirse, sostuvo Bazoberry.

“Al incluir el tema se lo convirtió en comercial y a la vez en internacional. Entonces, los chilenos han aprovechado eso para reclamar que es un río de curso internacional. Ningún técnico chileno ha dicho que el Silala es un río porque los especialistas saben que jamás puede ser comparado una zanja abierta con pala y pico de sesenta por ochenta centímetros”, aseveró.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Relató que los chilenos vieron cómo podían recolectar esos recursos observando que en la región de donde nacen las aguas del Silala no había población alguna. Dijo que la empresa de ferrocarriles Antofagasta quería que la Prefectura de Potosí le dé la concesión de esta agua, por lo que afirmó que una de las soluciones para sentar soberanía es que los potosinos ocupen la región de los bofedales del Quetena y formen una comunidad para que se encargue de aprovechar los recursos hídricos del manantial boliviano.

“También aconsejé que con 10 mil dólares pueda instalarse una planta de bombeo para llevar las aguas hacia laguna colorada y después instalar una fábrica de agua potable que sería en beneficio de los bolivianos porque los primeros clientes serían los de Chile”, complementó el experto.

DIRECCIÓN DE REIVINDICACIÓN

Aseveró que la Dirección de Reivindicación Marítima que vaya a conformarse con especialistas, debe informarse de los problemas que existen sobre este tema porque Chile ha presentado un acuerdo sobre el aprovechamiento de las aguas del Silala que consta de 17 puntos para llegar a un cuerdo con Bolivia, tema que debe manejarse con sumo cuidado porque al firmarse cualquier acuerdo se daría buenos argumentos al país vecino para que afirme que es un río.

“Aconsejé a la Cancillería por medios escritos que por ningún motivo firmen ese documento porque el ofrecimiento de pagar el 50% les da derecho acudir a organismos internacionales y decir que Bolivia presuntamente reconoció que el Silala es un río de curso internacional y con esto perdemos toda soberanía”, dijo Bazoberry.

Además, explicó que los usuarios de las aguas del Silala habrían obtenido el agua de acuerdo al Código de Aguas de Chile, donde se afirma que el concesionario es propietario absoluto de los recursos hídricos y que el Gobierno extranjero no debe obligar a que la empresa Antofagasta pague.

EL SILALA NO ES UN RÍO

El especialista dijo que es importante que el Gobierno asuma responsabilidad sobre las aguas del Silala, sobre todo por defender la soberanía “porque el manantial boliviano nunca fue un río internacional”. Dijo que un río tiene un cauce más ancho que un manantial. Además, que en el fondo del agua existen piedras y arena, porque los ríos tendrían una cuenca hidrográfica donde la lluvia se escurre hacia la parte más baja erosionando el terreno llevando piedras y todo material que va depositándose en el fondo de la corriente a medida que disminuye la velocidad de la misma.

Sin embargo, dijo que tal fenómeno natural no ocurre en un manantial como el Silala y es imposible que expertos chilenos puedan demostrarlo. “Ningún ingeniero del mundo, comenzando de uno chileno, puede decir que es un río internacional, porque ellos saben muy bien que no puede calificarse una corriente de 250 litros por segundo con un río que tiene como mínimo 20 metros cúbicos”.